Opinión

El Arca de Noé

Escuchando en la televisión del movimiento a los consejeros de Interior y Medio Ambiente, da la sensación de que nadie es responsable de nada.

Esta empalagosa mañana de Corpus Christi y resaca incendiaria, uno busca en el reposo y el recogimiento del hogar la serenidad necesaria para afrontar el futuro y respirar buscando la calma ante el oscuro presente que se nos augura tras un incendio, el de Sendaviva y Arguedas y Valtierra, más grave de lo que se nos pretende vender, porque representa el fracaso de una sociedad ante una emergencia anunciada, previsible y evitable.

De momento, Arguedas y Valtierra se encuentran sin agua potable, han caído líneas eléctricas y telefónicas, Sendaviva deberá rehacerse de sus cenizas como el ave Fénix tras perder, sin duda alguna, lo que resta de temporada, y la población se encuentra afrontando el shock que ha supuesto el disgusto de verse sorprendidos por la conmoción que provoca la absoluta indefensión que uno ve ante sí cuando llega un desastre, natural, como éste, pero que nadie quiso frenar y se podía haber evitado o, al menos, minimizado.

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Daba mucha impresión y causaba disgusto ayer, ver los campos ardiendo con impotencia, porque los voluntarios no fuimos dirigidos por nadie para intentar sofocar la pérdida de -al menos- un rincón, de un espacio maravilloso como era -sí, era, porque ya no está ahí así-, porque el caos y la sorpresa regían el trauma que se estaba produciendo en nuestra Comarca. Nadie sabía qué había qué hacer, salvo mirar las llamas, porque nadie dirigía la situación ni la controlaba.

Perdimos ayer un entorno admirable, símbolo de lo que puede y podía ser una Ribera más verde y mejor atendida, con esperanza ambiental, pero la incompetencia gubernativa permitió que todo esto se perdiera, por falta de previsión: ¿Porqué no se prohibió este lunes cosechar ante la inminente ola de calor que nos iba a caer encima según todas las previsiones?

Lo peor de todo -sin duda- es que, como digo, esta mañana de dolor de cabeza y espíritu apocado uno escucha en la televisión del movimiento, -la subvencionadísima, por amable, NavarraTV- a sendos consejeros de Desarrollo Rural y Medio Ambiente y Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior; Itziar Gómez López y Javier Remírez Apesteguía; respectivamente, y cree que no ha pasado nada evitable... ¡Pero sí lo era! Por ello, ambos dos, como mínimo, deben dimitir.

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¡Deberían haber ordenado cautelarmente el lunes paralizar cualquier labor agrícola de riesgo! Es lo mínimo exigible ante una semana de calurosa muerte anunciada. A las pruebas nos remitimos... por más balones fuera que echen en las dulces entrevistas que les hacen desde el sindicato vertical televisivo, el movimiento no puede ocultar la realidad: No han querido enfrentarse al lobby agrario pero han multiplicado con su inacción los efectos de los incendios que el Calentamiento Global y la situación de abandono de nuestro entorno están padeciendo.

El Arca de Noé que ha supuesto derivar animales de Sendaviva a la plaza de Toros de Tudela, para mayor gloria del FotoMatón, no puede ser la coartada para llenar unas entrevistas en las que echar balones fuera es la única labor en la que se ha visto entregados a nuestros ínclitos consejeros. Una acción de Gobierno no se puede acoger, para justificarse, al caos generado en el momento, -porque el caos es previsible y programable en un Centro de Control 112-, ni en la hasta bonita anécdota puntual y casual de la deriva animal al albero tudelano... ¡Los ciudadanos creíamos, sinceramente, que en nuestros Departamentos forales había bastante más de materia gris que de ensoñaciones bíblicas!

¡Nadie es responsable de Nada! ¡España va bien y el 'EuskoNirvana' de sus sueños va llegando!

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