Opinión

Criba curricular

Llevamos una temporada asistiendo a un lamentable espectáculo. El compadreo de los másteres en la Universidad Rey Juan Carlos es sólo la punta del iceberg de una forma de funcionar consistente en aparentar lo que no se es, emular supuestos modelos perfectos, o pretender destacar aquello que no se tiene o no se sabe para nada.

No hace falta llegar a las altas esferas del Congreso para detectar este mal, popularizado junto a todo lo que tiene que ver con ese postureo lamentable en el que estamos sumidos, viviendo así un calvario colectivo.

Hay concejales y alcaldes que no saben hacer la “o” con un canuto, pero a los que hay que hacer sitio por su “saber” -apegado al cargo, por supuesto-... Y sólo en el Parlamento Foral de Navarra nos encontramos con 50 personajes que, salvo honrosas y maravillosas excepciones, no acumulan en su haber ni 10 años de cotización en el mercado laboral de verdad, el de la calle... ¿Y así a dónde podemos llegar? Pues bien poco lejos...

La pena es que parece que la criba para elegir ‘líderes’ o ‘representantes’ se centra en los más palurdos o de mayor ‘visibilidad’, no en las personas más entregadas y ocurrentes. Que las hay, y muchas, en Ayuntamientos y todo tipo de organismos, por supuesto, pero que apenas se dejan ver en la ‘realpolitik’.

Por citar sólo un bello ejemplo, en Ólvega cuentan con Emiliano Revilla, que dudo cuente con siquiera el Graduado Escolar, pero al que le sobra intuición, esmero, esfuerzo y vocación, y así ha sido capaz de elevar la villa soriana a las más altas cotas de progreso y bienestar... ¡Y espera!

No hace falta currículum, hacen falta ideas, proyectos, coherencia y sentido común, algo que, por desgracia, no se prodiga.