Tras los comicios de este domingo, España se enfrenta a subirse al carro de la modernidad, o no. ¿Será capaz de dar el paso? Está por ver.
Los mecanismos hasta ahora empleados no convencen. Hay muchos matices que se pierden, y gobernar con mano dura y por un solo camino, supuestamente legitimado por el contundente rodillo de las mayorías absolutas, ha quedado atrás, no es lo que se quiere. Nuestras sociedades españolas son complejas y plurales, y requieren de sensibilidad y entendimiento, algo que, desde el bipartidismo imperante, no se ha logrado alcanzar.
Ahora bien, este camino hacia el desarrollo pleno de un país monárquico de repúblicas federales requiere de una reflexión más que profunda porque, entre tanto, la economía y, por tanto, el empleo, se van a resentir, y desde la necesidad nunca podrá ser buena la llegada de la modernidad que España necesita.
¡Es el momento y el tiempo de la política con mayúsculas! La sociedad demanda acuerdos, diálogo, comprensión, cesiones mutuas y trabajo, no eslóganes e ideología vacua.
Mariano N. Lacarra
Director
