Opinión

Algo más que basura

Pasan los años y cada vez menos resuena eso de que en Navarra es donde hay -había- mejores carreteras; la Sanidad es de primer nivel; y el reciclaje avanza y se desarrolla de forma puntera. Más bien, ocurre al contrario, ya. Somos cangrejos en todo. Nos hemos dormido en los laureles. Y las carencias han llegado también al reciclaje de las basuras.

Antaño, la Mancomunidad de la Ribera era un referente. Ahora, sólo se oye hablar de esta entidad cuando bailan sus cargos y, cíclicamente, surge la interesada polémica de si se deben procesar aquí, o no, los residuos de Pamplona o San Sebastián. ¡Menudo dilema! 

En esta materia, como en casi todas, falta criterio y ambición. Aunque lo peor es que se va haciendo, a la hora de la verdad, lo que más interesa a las empresas adjudicatarias, no al común de los mortales o al medio ambiente. Y cuando los criterios son solventemente económicos, no se trasladan los datos a la opinión pública para poder alabarnos todos de cuánto se va sacando de lo que se procesa y recupera, y que repercuta -o debiera redundar- en un recibo menor de la correspondiente tasa de basura y alcantarillado.

Se habla y se vuelve a hablar del quinto contenedor, pero los pasos que se dan en su difusión, conocimiento y desarrollo sonrojan porque son tan lángidos como autojustificativos.
¡Y así andamos! No sabemos si será rentable traer aquí otros residuos, porque no nos explican nada con criterio mínimamente responsable y solvente.