Opinión

Alcaldes más democráticos

El PP está planteando una reforma de la Ley Electoral en el apartado correspondiente a la elección de los alcaldes y la propuesta, que está siendo muy criticada antes de conocerse siquiera, peca en su origen de falta de sentido democrático.

Como hizo el PSOE en su programa electoral ya en 2004, pretenden lavar la cara a un sistema que está, en la calle y en la mente de la ciudadanía, demasiado al servicio de las siglas, si bien es un gesto que les preocupe tanto perder su hegemonía bipartidista como atender las demandas que se palpan en el sentir popular.

Ahora, si por fin triunfa la propuesta de que los alcaldes puedan ser elegidos en segunda vuelta por elección directa, como parece estar ideando el PP -copiando un poco el sistema que se emplea en Francia, Alemania, Inglaterra o Italia-, igualmente se quedaría corta la reforma y el ciudadano descontento, porque lejos de modernizar la democracia sólo se habría lavado un poco su cara.

Sería más dinámico y legítimo que se abogara de una vez por todas por las listas abiertas, para que, a pecho descubierto, los candidatos se ganaran la confianza del elector y de su propio partido, con hechos, alejados del pairo que suponen intereses, estrategias y lobbys alejados de cualquier atisbo de transparencia, como ocurre ahora.

Los grandes partidos del toma y daca, PP y PSOE, el problema real con que se encuentran es que se tienen miedo a sí mismos y, lo que es aún peor, consideran estúpido al ciudadano votante, que siempre -cuando le dejan- demuestra una sensatez y coherencia que para sí quisieran estos servidores de sí mismos y de todos sabemos quién más.

La democracia representativa, y más en nuestros pueblos, bien merece un poco más.