Opinión

¡Agua va! ¿Pero saben a dónde?

Tener acceso al agua, en calidad y cantidad, es fundamental. Por ello, su regulación, por más que se debata, no tiene discusión, aunque aquí la ha tenido. Por ello, es plausible el anuncio de que la segunda fase del Canal de Navarra se va a construir, por fin. 

Las dos tuberías que compondrán la infraestructura, según informó la presidente Chivite costarán 220 millones y el proyecto se va a incluir en el Plan Reactiva Navarra - Nafarroa Suspertu 2020-2023, a ver si así le sacan una parte de los cuartos a Europa.

Llegar hasta aquí no ha sido poco, porque la cerrazón de unos y la incompetencia de otros no ha tenido límite. Pero es bueno que se vayan a poder regar unas 21.522 hectáreas en 16 localidades riberas, si bien esa posibilidad requiere una reflexión más profunda que el habitual mensaje franquista de “tierra para trabajar y agua para regar” que nos están vendiendo desde hace mucho tiempo con bocadillo y autobús incluido, sin pensar en nada más.

Sorprende que ningún Ayuntamiento ribero, y especialmente el de Tudela, haya mostrado interés alguno en mejorar esa ‘sopa calcárea’ que nos ofrecen Junta de Aguas y otros entes acuíferos, sin más interés ni preocupación que que todo siga como está sin aspirar a que ese líquido elemento, -más allá de poder convertir tierra de secano en regadío-, mejore nuestra salud garantizando para todos su suministro y calidad.