Opinión

En 2024 sólo hay que Vivir

El ruido mediático a que estamos sometidos es tal, que llegadas estas fechas ¿entrañables? de luces, cenas y ruido, lo mejor que uno puede hacer para intentar alcanzar un mínimo equilibrio y un grado razonable de salud espiritual, es concentrarse exclusivamente en Vivir, así, con mayúscula. Lo demás, -todo-, se torna completamente superfluo.

De este modo, ante el grado sumo de dimes y diretes, intereses abiertamente descarados y maquillados y camuflados de verde, rojo, azul, rosa o lila, a que estamos sometidos, la mejor proposición personal que podemos hacernos para el año que va a comenzar es pasar de todo y de todos y mirarnos muy muy adentro, sólo a nosotros mismos. ¡Nada más! Así, este 2024 que espera a la vuelta de la esquina, sólo deseo entenderlo como una meta...
La de llegar a ese nuevo 31 de diciembre, ¡San Silvestre!