Opinión

El espíritu navideño

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Con la llegada del solsticio de invierno también celebramos la natividad, el nacimiento de Jesús, la Navidad. Cada año, por estas fechas, reivindicamos el espíritu navideño cargado de bondad y solidaridad. Como seres humanos que somos, cada año lo reinventamos y acomodamos a nuestras circunstancias, para que sus exigencias morales no perturben nuestras emociones, porque así nos sentimos mejor. Hace unos años el espíritu navideño nos hizo ser generosos con los que no tenían para comer; hace dos solidarios con los habitantes de aquel país del tercer mundo que había quedado asolado por un terremoto; el año pasado, de nuevo, fue la falta de alimentos y éste, éste nos acomodaremos a las circunstancias y seremos un poco menos desprendidos escudándonos detrás de algún miembro de la familia que está sin trabajo, o por si acaso...

Mientras tanto, en el mundo, sin nuestra solidaridad, seguirá habiendo hambre, guerras, terremotos… y mucha gente sufriendo.

El espíritu navideño, si le dejamos, sólo nos hace más humanos, más sensibles hacia las necesidades de los demás, más generosos; nos anima a compartir e intentar que el mundo en el que vivimos sea más justo. Los mejores deseos de paz y felicidad se concentran en estos días tan entrañablemente familiares.

"Sólo nos hace más humanos, más sensibles hacia las necesidades de los demás"

Que para todos los riberos el espíritu de la navidad dure todo el año y se renueve cada navidad, que no desaparezca después de reyes y que todos aquellos buenos propósitos no se queden sólo en eso, en buenos propósitos.

¡Feliz Navidad!

Mariano Herrero Ibáñez

Alcalde de Monteagudo