Opinión

Verduras 19: “Soñando en verde”

Si no las has probado… ¿Por qué dices que no te gustan?

Eso le decían su abuela y su madre cuando de pequeña se sentaba a la mesa lista para devorar la comida y se le acercaba lentamente y con las fauces abiertas un plato lleno de yerbajos que sólo comían los conejos…o al menos eso creía ella. Y las pobres  se quedaban frías, tristes y lacias pensando que no era justo, después del trabajo que les costaba  germinar de su entierro, crecer y llegar a ser adultas, frescas y hermosas.

¿Qué tendrían que hacer para conseguir atravesar ese umbral oscuro y satisfacer la curiosidad de qué ocurriría en su interior?

Día tras día, noche tras noche, la felicidad las embargaba cuando paso a paso se iban acercando a su propósito. Sin embargo, cuando estaban a punto de entrar, unas fuertes rejas de color marfil se deslizaban impetuosamente con un sonido estridente que las asustaba y retrocedían de nuevo.

Hasta que un día, con promesas  de la mano ejecutora de una madre que ya comenzaba a sentir hastío de ese menester, consiguieron atravesar aquel obstáculo e introducirse en el interior de aquel mundo tan complicado donde todo estaba vivo, rojo y latente. Ellas, como siempre, harían su función: dejarían a su paso vitaminas, antioxidantes, minerales, agua y fibra y acabarían su trabajo satisfechas de saber que había otro ser que gracias a “Ellas” llevaría una vida saludable.

Después, cuando los procesos naturales de aquel cuerpo las depositaron  en otro mundo un poco más acuoso que el que dejaban, se dieron cuenta dónde estaban, comprobando que desde aquel caudaloso lugar que ellas conocían como Ebro, oteaban sus tierras, unas tierras que las alimentaron y las hicieron crecer para que, además de aportar bienestar a quienes las ingería, llegar a ser las señas  de identidad de una ciudad, Tudela, que dedicaba a ellas unas Jornadas que se habían convertido en una de las citas festivas más importantes de la ciudad. Citas  que concentran a multitud de gente y que están vacías de actos de violencia animal que pueda enfrentar a los ciudadanos. ¿Por qué no se piensa, de verdad, en vaciar también las fiestas patronales de esos actos de violencia?

Y termino como empecé: Si no las has probado… ¿Por qué dices que no te gustan?

¡Que disfrutéis todos y todas de estas Jornadas de las verduras!