Ya se empieza a sentir en el ambiente el entusiasmo, la alegría, el optimismo y esa felicidad que brota de forma inherente desde el fondo de nuestros corazones al saber que tenemos ya a unos pasos nuestras queridas y entrañables fiestas de Tudela.
Siete días en los que se olvida la rutina diaria, el estrés e incluso, si se puede, los problemas.
Días en los que los principales protagonistas son los ciudadanos, sobre todo los jóvenes que en estos días intensifican el regateo con los padres por la hora de volver a casa.
Días en los que experimentamos el éxtasis y el arrobo de la alegría y la diversión; en los que el cerebro recibe unas descargas embriagadoras que le hacen soñar y vivir lo soñado.
Días en los que el color se apodera de nuestras calles… Nuestras peñas, uno de los elementos más importantes de nuestras fiestas, sin duda, hacen posible esa explosión de colorido, al igual que otras instituciones…
No puedo dejar de comentar, porque siento que me debo a ello, un matiz que, como opinión personal, de alguna manera profana mis fiestas: la espantosa y cruel costumbre de matar por diversión… Eso es una calumnia a la vida.
En fin… Que en estos días desconectar del mundo cotidiano te hará disfrutar de las mejores fiestas…Las fiestas de Tudela.
¡Que todos y todas las disfruten!
