¿Cuántas veces le han dado a un “me gusta” o a un “compartir” en las redes sociales a una publicación de una persona desaparecida, o de un recién nacido en las últimas e incluso muerto, o de un joven maltratando a un animal? ¿Y a niños mutilados, enfermos de cáncer, maltratados, ancianos en malas condiciones e incluso con vídeo de su cuidadora pegándole?
Fotos muy desagradables de ver, dañinas para las mentes de algunos, que tocan el alma a los más débiles y en otros casos dan ideas a las mentes de los más crueles.
Ignorancia armada y lista para la batalla. Esas publicaciones no llegan a dónde algunos creen que llegan, sólo sirven para que algunos se lucren descaradamente. Debería estar prohibido aprovecharse de la vulnerabilidad y sentimientos de algunas personas.
En fin, ¿dónde está el principio de esta cadena? Ni se sabe... pero sí se puede parar o al menos frenarla un poco para terminar con este terror ya crónico. ¿Cómo? pues con lo más sencillo que existe: no hacerles caso.
No obstante, si no puedes, denúnciala a la red social o enseña esa publicación a la Policía, no te va a pasar nada, te lo aseguro, de hecho, algunos cuerpos de seguridad ya han publicado la falsedad de algunas de ellas.
Porque la acción es el mejor antídoto para la ansiedad y la información es el único remedio para combatir la incertidumbre.
Las limitaciones a nuestra conducta dependen de la precisión de lo que estamos viendo, de la fuerza de nuestros deseos instintivos y de lo fuertes que seamos ante nuestros miedos.
Mª José García Magaña
Tudelana
