Hasta que mi instinto, mi cerebro y mis sentimientos no se han alineado y se han puesto de acuerdo, no me he decidido a hablar sobre este tema tan delicado y que está suscitando tan desagradable polémica: “la no subvención de las corridas de toros”, decisión a la que han llegado algunos grupos del Ayuntamiento de Tudela y que me parece perfecta.
He leído todo tipo de comentarios en las redes sociales… ha sido como un efecto de colisión entre la realidad y las ideas preconcebidas que tenía e imaginaba.
Había abrumadoras montañas de comentarios difíciles de ignorar no tanto por el contenido si no por la calidad con que se está tratando ese contenido: demencial, triste, vergonzoso, irrespetuoso… derecho a la opinión: cero.
Creo que debemos respetar los sentimientos de cada ser humano, debemos respetar las opiniones de cada ser humano.
Es inconcebible escuchar insultos y vejaciones por parte de los que están a favor de las corridas de toros con maltrato y muerte y de los que no lo están. Aunque cueste comprenderlo es por una buena causa.
Y me pregunto yo: ¿cómo vamos a pedir que se respete la vida de los animales, en este caso los toros, si algunas personas son incapaces de respetarse unas a las otras cuando se habla y opina sobre esta materia?
Seamos coherentes... no se acaba el mundo… se intenta mejorar. Las fiestas continúan pero sin sangre, sin muerte… es un paso más, un gran paso diría yo… sólo hay que cambiar el chip.
Para algunas personas sonará cursi… y seguro que lo es, pero también me gustaría que sonara a real el hecho de que Tudela se siga tiñendo en sus fiestas del rojo de sus pañuelos y no del recuerdo para algunos del rojo de la sangre derramada por un animal tocado a suerte y del sonido penetrante del bramido del toro cuando sufre.
Mª José García Magaña
Tudelana
