Opinión

10N, un voto para pensar

A veces nos concentramos tanto en algunos detalles, que nos hacen perder la visión del conjunto. No nos dejan ahondar ni en las ideas ni en las personalidades de cada partido, porque para eso ya saben cómo confundirnos a todos.

Sin obviar, claro está, la forma de actuar, manifestarse, gritar e insultar al contrario… e incluso dormirse mientras los otros hablan en el Parlamento...

Me sorprende, confusamente, la actitud de algunas personas en las redes sociales a la hora de defender a sus propios partidos lanzando flechas envenenadas sobre los adversarios... 

No se construye un país haciendo las cosas a la fuerza: si no quieres te pego y ya está… si no quieres te quemo el local y listo… si no quieres, te vas a enterar. Y, mientras, los que tenemos que tomar la decisión de “a ver a quién voto” y que somos las verdaderas víctimas en todo esto, nos quedamos frente a la TV o el ordenador totalmente desconcertados.

Estamos perdiendo la confianza en los que nos gobiernan, ya no dialogan, no hablan, sólo apuñalan al contrario...  Y nosotros ahí seguimos viendo todo como aquel que ve un partido de tenis.

Un político de nuestra ciudad, que entonces estaba en la oposición, escribió para Navidad en Plaza Nueva algo que me gustó -y cito textualmente-: “la oposición’ no es innecesaria, es tan necesaria que la democracia nos permite tener una silla en el Ayuntamiento de Tudela y no un asiento de espectador... Es nuestra responsabilidad denunciar todo aquello que nos parezca inoportuno como políticos que somos... ahora bien, -continuaba-, tratar de ignorarnos, menospreciarnos y etiquetarnos hasta en lo personal y ningunearnos es inaceptable. Es un error, un alarde y un abuso”, dijo.

Hoy, vísperas de unas navidades un año después, ustedes ya no son la oposición y, sin embargo, están haciendo eso por lo que se quejaban y se lamentaban.

Los españoles necesitamos confiar en los que nos van a dirigir. Necesitamos un ápice de esperanza de que esto tiene que cambiar, dependemos de vosotros, necesitamos seguridad.

Así que, por una política objetiva, por hacer ciudad en una España desestructurada en todos los aspectos, para evitar tantos enfrentamientos entre los ciudadanos… tenemos que reflexionar con los cinco sentidos a la hora de emitir nuestro voto.

¡Debemos de votar a las personas y no a los personajes!