Opinión

Sueños de verano

No todo va a ser hablar de patrimonio, estamos en época estival y hay que ponerse a soñar mientras disfrutas de una siesta reparadora.

No todo va a ser hablar de patrimonio, estamos en época estival y hay que ponerse a soñar mientras disfrutas de una siesta reparadora.

La semana pasada, sin ir más lejos, recuerdo un sueño de una tertulia de amigos mientras nos dejaron los nietos para vigilarlos en la piscina. Puede ser que fruto del calor se nos fue la olla en nuestra discusión, y por eso tengo tan presente el recuerdo del sueño.

Se nos ocurrió en un intento por dar solución a los problemas de la Ribera en general y los de Tudela en particular, cambiar el nombre de Tudela por el de Pamplona. Los más puristas se rasgaron las vestiduras, pero tengamos en cuenta que estamos recordando un sueño es decir hablando en hipótesis, por tanto vale todo.

Se imaginan, todas las propuestas de nuestros aforados serían de la siguiente guisa: hay que llevar agua a Pamplona o hay que hacer gratis la autopista hasta Pamplona o hay que ampliar la Universidad de Pamplona o ayudas para la semana de la verdura de Pamplona, etc.

"Sería bueno cambiarle el nombre a Tudela, llamarla ‘Pamplona’ y que comenzaran a llegar cosas”

Por supuesto que todas las iniciativas quedarían aprobadas por unanimidad, pues en el fondo todo el dinero invertido iría para Pamplona.

No nos quedamos muy convencidos, puesto que crearíamos gran confusión entre nuestra masa política porque cuando dijeran me voy a Pamplona ¿a cuál se referirían?

Creo que al final lo vamos a dejar como está, pero no me digan que no es para darle una vuelta durante el verano con el gorro y las gafas de sol puestas, que nadie sabe lo que estás pensando o mirando.
Y, sobre todo, que levante la mano el que no lo ha pensado una vez y con nuestra socarronería tudelana nos lo íbamos a pasar de miedo con todos los aforados perdidos por las Bardenas.

Lo dicho, feliz verano y en el otoño nos lo pensamos otra vez.