Opinión

Punto y final

Punto y final del año que se termina y del que da miedo realizar balance por la cantidad de asuntos que se van quedando pendientes y de muy difícil solución, ya que la falta de diálogo no facilita las cosas.

No solamente este año, llevamos décadas intentando convencernos del “porqué” de la cultura.

Y como decía un buen amigo “todo esto quién lo ha pagado y para qué”.

Pero la realidad es tozuda y nadie se pregunta el “porqué” de las cosas, qué significado tienen y a quién iban dirigidas.

Verdaderamente las nuevas tecnologías, cuando no se hace un uso apropiado, nos dan respuestas inmediatas que no hacen falta memorizarlas y, por tanto, caen en el olvido con la misma rapidez que nos llegan.

Pero tenemos la enorme suerte de contar con personas que están empeñadas en cambiar el curso de la vida, o cuando menos denunciar el silencio asfixiante de “todos“ nuestros administradores.

"Nuestras inequívocas autoridades dan excusas poco fiables... ¿Cuándo se rehabilitará?"

 

Este año lo terminamos en Madrid, invitados en el Museo Lázaro Galdiano, que sí cree en la cultura con nuestra Puerta del Juicio a cuestas, sin saber si se va a restaurar, en otro intento más de que no caiga en el olvido, no del público en general, sino de nuestras inequívocas autoridades que a base de excusas poco fiables están dilatando la respuesta a una pregunta muy sencilla:

“¿Por qué hay que defender la cultura?”

Así que cojamos impulso para el año próximo y con más fuerza que nunca vamos a defender nuestro futuro.

Que a nadie se le amarguen las Navidades ni le quiten la ilusión de creer que el año próximo será mejor que el que dejamos.

Luis Durán Arregui

Amigos de la Catedral