Opinión

Tudela: imágenes y palabras

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Hay imágenes que valen más que mil palabras, hemos escuchado muchas veces cuando alguien quiere subrayarnos la fuerza expresiva y visual de una instantánea o un momento vivido. Las fiestas de Tudela son un buen ejemplo de este dicho, porque contienen bellas estampas que expresan sentimientos y emociones colectivas e individuales indescriptibles. Aunque a veces no es suficiente con contemplar una imagen. Hay que estar ahí.

Para quien suscribe estas líneas, que no es tudelano pero siente un hondo aprecio por esta ciudad y sus tradiciones, el mayor impacto visual es el lanzamiento del chupinazo que da inicio a las fiestas, donde los jóvenes, además, son un componente esencial. Creo que es una de las explosiones coloristas más emocionantes de Navarra, de sus costumbres y de su especial manera de vivir la fiesta, de tantas que se nos muestran ahora que llega el verano. Por eso, mejor estar ahí y disfrutarlas en primera persona que contarlas.

El origen de la expresión que mencionaba al principio se encuentra en un proverbio chino. Y hay quien, indagando, ha descubierto que, en realidad, la traducción adecuada debería ser “el significado de una imagen puede expresar diez mil palabras”, que no superpone, por tanto, lo gráfico y visual a lo escrito o dicho, sino que los hace convivir en armonía. Las fiestas de Navarra y de Tudela tienen mucho de esto, porque ¿qué sería del carácter que inunda nuestras celebraciones si no pudiera expresarse con palabras? La hospitalidad, el buen ambiente, la camaradería y el espíritu de concordia y hermandad que presiden nuestras fiestas son incompatibles con la mudez, y eso que muchos de los especiales momentos que disfrutamos, si de poco o nada tienen son de silenciosos.

No debemos olvidar tampoco que en nuestra vida cotidiana también hay palabras que quieren expresar mucho: ¡Felices Fiestas!

Óscar Arizcuren

Secretario General de UPN