Opinión

No a la regulación de la prostitución

Una vez más, con la constitución del sindicato de “las trabajadoras del sexo” se desvía el enfoque -de manera interesada por las mafias de proxenetas- en la defensa de los derechos de las mujeres que están en prostitución, solapando que en realidad es un sindicato de proxenetas. Hablar de trabajadoras sexuales y de trabajo sexual es llamar a los proxenetas empresarios y a la explotación sexual, explotación laboral.

La prostitución es la explotación, la esclavitud y la violencia más antigua inventada por el patriarcado para controlar y someter a las mujeres. Por eso, el PCE-EPK de Navarra nos oponemos rotundamente a cualquier intento de regular la prostitución, como se pretende con la legalización del sindicato de las “trabajadoras del sexo”. No podemos ignorar como los "empresarios/as" de los prostíbulos financian generosamente "corrientes de opinión”, con el fin de enmascarar esta tipología de violencia machista. El hecho de que se pague una cantidad de dinero por acceder a ratos, a trozos y sistemáticamente al cuerpo de las mujeres, no puede transformar ese tipo de comercio sexual en un «empleo» al que se le quiere nombrar con el eufemismo de "trabajo sexual comercial". Reglamentar la prostitución, integrándola en la economía de mercado, como quieren los y las proxenetas, supone asumir que es una alternativa “laboral” aceptable para las mujeres pobres y que no es necesario remover las causas, ni las condiciones sociales que posibilitan y determinan que las mujeres sean prostituidas.

El PCE-EPK compartimos y defendemos claramente la ambiciosa postura del movimiento abolicionista, que sitúa la raíz del problema en la vulneración de los derechos humanos. Derechos que, en tanto que esenciales, están fuera de discusión: los de toda persona a no ser abusada ni utilizada sexualmente, ni de forma gratuita, ni a cambio de ninguna compensación económica, tal y como reconoce en su preámbulo la Ley Foral 3/2018, recientemente aprobada por el Parlamento de Navarra con los votos de los dos parlamentarios de Izquierda Unida, y que modifica la Ley Foral 14/2015 para actuar contra la violencia hacia las mujeres.

Consideramos que la normalización de la prostitución, a partir de la legalización del sindicato de las “trabajadoras del sexo”, naturaliza e instaura una de las formas más brutales de sumisión de las mujeres y de legitimación de la violencia machista. Si se permite su legalización el gobierno se convertirá en proxeneta y cómplice del tráfico de mujeres para la explotación sexual, ya que si no hay prostitución no hay trata, y si no hay demanda no hay prostitución.

PCE-EPK