Opinión

Recuerdos de Semana Santa Tudelana

Semana Santa de Tudela en abril del año 1996 (Foto Archivo Plaza Nueva)
photo_camera Semana Santa de Tudela en abril del año 1996 (Foto Archivo Plaza Nueva)

Ahora que la pandemia ha cambiado nuestros hábitos, tanto religiosos como profanos. Un humilde lector y de vez en cuando escritor, bien sea por nostalgia de otras décadas, o por añorar tiempos pasados. Al que escribe estas líneas le invade tanto la añoranza de lo vivido, como la sonrisa de los hechos que me vienen en mente de “otras semanas santas”.

Un servidor empezaba con su madre, siendo adolescente, el día de Jueves Santo, visitando los ‘Monumentos’, el cual consistía en tener tapadas todas las imágenes, y donde estaba el sagrario, la gente se quedaba orando. Siempre pensé, que ese día era una fecha señalada para que coincidieran, hablaran y saludaran los vecinos. Los de cada barrio, visitaban las cuatro o cinco iglesias cercanas. (altares de iglesias tapados con tupidas telas de color oscuro).

Y acabando con el Domingo de Resurrección, después del Ángel en un frenesí de calderetes regados (como no) con grandiosa proporción de bebidas alcohólicas, que en el peor de los casos, acababa con grandes vómitos y urgencias, en el mejor, desatando una llorera imparable a la “novieta” adolescente de turno que la pobre tenía que consolar a su “chico” y aguantar (que no es poco).

Viernes Santo, olor a cera y respeto por las calles tudelanas. Reunión de todos los pasos en la catedral, y los más osados, o bien iban descalzos, o le habían cogido alguna cadena a su padre de los aperos de labranza, no se solía hacer de pubescente por penitencia, (lo cual no lo incluyeran en la procesión, gente de fe y más mayores que nosotros) sino por destacar tras la capucha del anonimato dentro de la procesión. Como decía José María Iribarren, gran escritor navarro.” La procesión empieza con algún vecino que observa los pasos al clamor…¡Ahí llegan! Y acaba con los romanos del santo entierro y la gente mayor con… ¡Salud para llegar a otro año!”.

Pero lo que siempre ha destacado en Tudela, ha sido el ángel y volatín. Las dos ceremonias por excelencia que no solo dan notoriedad a Tudela, sino a la ribera en general. Me gustaría conocer alguna persona en la Ribera o que no haya oído de estos eventos o no participase en alguno de ellos. Despierta el letargo invernal en la Ribera, todos estos actos, nos anuncian el equinoccio de primavera. Cuando más bonito se pone el Valle del Ebro.