Llevamos una campaña de actuaciones y de denuncias relaccionadas con la caza en Navarra que ya raya la locura, me da la impresión que estas actuaciones y presión obedecen a los gobiernos actuales que no quieren, es más, pienso que desean, acabar con la caza en Navarra. Esto es una maniobra política concertada desde los estamentos de poder, pero saber que la mayoría de los votantes navarros pertenecientes a UPN son cazadores, todavía es más sangrante y nos tiene que servir para darnos cuenta de la situación actual, no sólo a nivel político, sino social también. Esta gente que gobierna actualmente, cargada muchos de ellos de antecedentes, tienen el valor de mandar perseguir a los ciudadanos de bien que practican el único deporte que te exige estar “limpio” antes de salir al campo: la caza. Su cinismo es tal, que se rasgan las vestiduras ante la muerte de un conejo o toro, y son capaces de defender abortos sin limitaciones. Creo, sinceramente, que como no pueden abiertamente eliminar la caza, lo que han orquestado es una medida de presión generalizada para obligar a los nobles cazadores navarros a meternos en casa.
Malos tiempos se avecinan para la practica de este deporte, no se paran a pensar que mucha gente depende de este deporte… y que en vez de acabar con “él” debían promocionarlo como en otras autonomías. En Aragón, se ha iniciado una encuesta para saber qué cantidad de dinero deja y mueve la caza en un año y equipararla al esquí, deporte se suponía rey, pues la caza supone el doble casi de movimiento económico. En fin, esto es una pincelada más para darnos cuenta de lo que tenemos y pensar detenidamente qué queremos tener. Todos sabemos que quitar o restringir una ley no cuesta mucho, pero retroceder en decisiones de carácter social, luego es mucho más complicado ya que se aplican unos derechos de concesión que a la contra no existen.
Cardelina Tudelana
