Opinión

Obituario a Román Galarreta

Román Galarreta Martínez
photo_camera Román Galarreta Martínez

Cuando se despide a una persona que durante toda su vida ha tenido un peso importante en una comunidad, se suele decir, que fue un gran pilar para esa comunidad. En el caso de Román Galarreta Martínez, se puede decir sin miedo a equivocarse que Corella pierde a una persona que ya forma parte de su historia. La figura de Román Galarreta está enraizada en la historia de su pueblo como enraízan las cepas viejas de la uva moscatel en todo el término corellano.

Román dedicó su vida al servicio de los demás, con sus más de 27 años como Jefe de Servicio del Ayuntamiento y al frente del Cuerpo de Aguaciles de Corella, supo ser para los demás un referente del trabajo bien hecho.

En la entrada de ‘Villa Potoño’ casa de Román, un gran escudo con el águila y la liebre presiden la entrada, toda una declaración de intenciones; aquí vive un corellano. Pero lo más importante de esa casa es que siempre ha tenido las puertas abiertas para todo el mundo, daba igual el día y la hora.

En el plano cultural, durante años y años organizó además de dar impulso a la cabalgata de reyes, un trabajo ímprobo de horas y horas para que las niñas y niños corellanos tendrían un recuerdo indeleble de aquella noche mágica. La música fue siempre una parte vital de su vida, miembro de la Rondalla Centinela en la que participó durante tantos años. Miembro longevo de la Peña El Tonel, aunque la Peña la Azada en su canción, lo recordase para siempre con la anécdota de la azada en la plaza de toros de Corella mientras realizaba su trabajo.

Román recibió en vida el reconocimiento más importante a tantos y tantos años de trabajo de manos de su ayuntamiento, que es el ayuntamiento de todos los corellanos.

Despedimos a Román con un gran pesar, pero reconociendo el legado que deja y sabedores que su recuerdo seguirá vivo por las calles de Corella, su familia y su Ilustre Villa pierden a una pieza clave de su historia reciente. Román supo inculcar a los suyos sus valores y su amor por la música, en su despedida, esta le acompañó hasta el final con las voces rotas por el dolor de su rondalla, y una jota brava cantada por su nieta, rompió el silencio atronador de la iglesia de San Miguel acompañando a Román en su última ronda.

Así fue y así vivió Román Galarreta Martinez, mi tío.

Gustavo Galarreta Pérez