Opinión

No es de recibo

Pasadas ya las fiestas, reposados los ánimos, es momento de hacer balance de las primeras actuaciones de la alcaldía de Murchante y, lamentablemente, debemos concluir que las amenazas que se veían venir se han visto confirmadas.

En vano avisamos de lo que realmente nos deparaba la lista socialista al Ayuntamiento en la que, como en el caso del debate Solbes-Pizarro, se prefirieron las mentiras dulces al oído que hacer caso de la realidad.

Tiempo habrá de hablar de otros temas, de desgracias habidas durante las fiestas, pero la desgracia que se ha abatido sobre los ciudadanos de Murchante va a durar bastante más… otros cuatro.

Para hacer boca, empezaré por el incremento de sueldo del alcalde, nada más y nada menos que de un 25%, cuando no hay cambio alguno ni una eficacia demostrada que haya provocado la necesidad de ese aumento. Es más, nadie en su sano juicio puede creer que gastar 491.000 euros del pueblo en un terreno cuyo valor de mercado rondaba los 240.000, sea como para ponerse ninguna medalla; más bien al contrario.

Aún con todo, tampoco sería como para rasgarse las vestiduras; supone gastar más en lo que no se debe gastar, pero a eso, tristemente, ya nos tienen acostumbrados. Pero cuando este hecho se suma a dos sucesos a nuestro entender muy graves, es cuando adquiere la categoría de alarmante.

El primero es la variación escandalosa de las dietas por asistencia a plenos y comisiones informativas. En la línea de ocultación de todo lo que se cuece dentro del Ayuntamiento. El objetivo: que la gente siga como hasta ahora, votando sin enterarse de la misa la media. Pero la realidad se abre paso: las dietas al Pleno pasan de 90 a 40 euros, las de las Comisiones de 60 a 25 y, “sorprendentemente”, las de la Junta de Gobierno pasan de 60 a 100, por encima del Pleno, ya que ahora todos los miembros de dicha Junta son socialistas y sus reuniones, al estilo de la extinta CAN, pueden ser ilimitadas y hasta repetidas en un solo día.

A esto se suma la genial idea de retrasar un mes más la convocatoria de los plenos, pasando de 2 a 3 meses, y podemos estar contentos con que no sean un par al año, porque podrían gobernar a golpe de resolución de alcaldía los cuatro años sin recato alguno.

El segundo es que ahora se escudan en la falta de dinero para no dar publicidad al pueblo de Murchante en algunos medios de comunicación. Se afirma que “no hay dinero para pagar ese gasto”. ¿Debe de ser porque esa cuantía se gasta en un mayor sueldo para el alcalde? ¿O porque el primer edil sólo quiere figurar en otros medios de propaganda y autobombo? En aquéllos que, lejos de ofrecer una información veraz a los vecinos, se limitan a servir sus intereses, para que al final no trascienda ni la subida del sueldo del alcalde y ni las dietas para los concejales socialistas.

Manuel Leal Villadangos

Presidente de la Junta Local de Murchante del Partido Popular de Navarra