Opinión

Iribas y Casado: sinfonía de ingratitud

Hay pocas cosas más hermosas en la vida que un grupo de personas poniéndose de acuerdo para defender algo que es justo. A lo largo de la semana pasada, el conjunto de la Comunidad educativa de la Escuela-Conservatorio municipal de música Fernando Remacha de Tudela (alumnado, familias  y profesorado), nos hicieron sentir orgullo y emoción por el hecho de contar en nuestra ciudad con gente que defiende lo nuestro y lo hace con las mismas dosis tanto de entrega y sacrificio como de amor por lo que se hace, buen rollo y optimismo.

Llenar las calles de Tudela con 200 alumnos nos tiene que hacer pensar que nuestro Conservatorio no es un capricho, como nos quieren hacer pensar desde la Consejería de Educación,   sino una necesidad intrínseca a nuestro ser como ciudadanos además de un derecho histórico que no podemos dejar pasar.

Izquierda-Ezkerra, como a estas alturas todo el mundo sabe,  ha estado desde el primer momento con la comunidad educativa, escuchando, cooperando, apoyando, porque está en nuestro ADN el compartir los problemas de la gente con la gente, desde la calle y el día a día, no desde las alturas de una consejería que parece haber turbado el sentido común y de justicia de quien la ostenta, mientras la educación y la cultura se desmoronan sin remedio.  Y lo hemos hecho sin partidismos, intentando llegar a consensos, como así ha sido,  ya que nuestra firma ha sido estapada en todas las reclamaciones efectuadas independientemente de quiénes fueran los autores de las mismas (familias, alumnado, Ayuntamiento, etc.).

Sin embargo, no está en nuestra esencia  creernos todo lo que nos dicen, conformarnos con migajas, ni bailarle el agua al Consejero de turno. De ahí nuestra estupefacción al leer el artículo del Sr. Alcalde “Gracias lo hemos conseguido”. Claro que estamos acostumbrados a que desde el equipo de gobierno municipal se esté más cerca de las consignas dictadas por compañeros de partido, que de las demandas de la ciudadanía tudelana. Pero lo publicado el jueves 15 de mayo tiene reminiscencias de devolución de favor al jefe y loa a la alegría comunitaria, en un plural mayestático que obvia la esencia del problema y, lo más grave, a los principales protagonistas.

En primer lugar, el Sr. Casado da las gracias al Consejero; el mismo que sin ningún tipo de rubor ha ninguneado a toda la comunidad educativa y por extensión a las y los tudelanos. El mismo consejero que desoye la unanimidad del Parlamento,  y que, con sus hechos, está contribuyendo a hacer de nuestra ciudad un solar educativo y un desierto cultural. El mismo que sigue acotando el número de alumnos y alumnas (51 plazas frente a las más de 200 de cada uno de los conservatorios de localidades como Tarazona o Calahorra), contribuyendo a que muchos riberos sean “exiliados educacionales”, (condicionando de este modo sus vidas y su futuro laboral). El mismo que, tristemente, sólo reacciona el día que Tudela toma la calle con los instrumentos de los alumnos precisamente para defender este moribundo conservatorio. No obstante, nuestro objetivo no es personalizar, la responsabilidad de este vaivén la tiene el gobierno de UPN.

En segundo lugar, el Sr. Casado da las gracias a los concejales del equipo de gobierno, suponemos que no por el hecho de  que, cuando el claustro del centro pidió todo el apoyo de la ciudadanía para acudir a una asamblea, ni uno sólo de ellos pudo  hacer acto de presencia; a esos a los que tuvimos que “arrancarles” el voto, casi interrumpiendo el pleno, para que hace meses no impusieran unas condiciones que impedían a la actual dirección del Centro poder seguir desarrollando su actividad respaldada unánimemente por el claustro y la Apyma.

Compartimos, como no podía ser de otra manera, el agradecimiento a las familias, encabezadas por una Apyma competente, solidaria y luchadora. Sabemos que son así porque hemos estado a su lado intentando colaborar en la medida de lo posible.

Pero lo que extraña sobremanera del artículo del Sr. Alcalde es que no haya ni una sola palabra de agradecimiento para el equipo directivo, ni para el claustro de profesores. ¿De verdad nos quiere hacer pensar el Sr. Alcalde que el Sr. Iribas ha salvado al conservatorio y no han sido las madres, padres y profesorado?, o ¿acaso fue la Consejera Vera quien salvo el Autobús de la Vida, en vez del apoyo de la ciudadanía a la Plataforma que lleva su nombre?

Causa estupor pensar semejante afirmación; si de veras es una convicción del Alcalde, preocupa la falta de realismo de tal afirmación, y en caso de no ser algo que realmente piense, preocupa la necesidad de agradecer a su propio partido antes que a los verdaderos protagonistas del logro.

Por el contrario, a pesar de todo lo expuesto, lo que causa mayor tristeza, es el hecho de olvidar, sibilina y conscientemente, el agradecimiento al alumnado, por la ingratitud y porque pone de manifiesto el sesgo las políticas educativas de UPN-PP (en este caso la ausencia de ellas). Son los auténticos protagonistas de esta historia, las inocentes víctimas colaterales por parte de quienes en teoría debería defenderlas. Caen en el olvido, amparando de este modo la pésima gestión de un gobierno, que si no lo remediamos, va a dar al traste con mucho de lo  bueno y bello que hay en esta tierra.

Milagros Rubio, Patxi Repáraz y Eneko Larrarte

Grupo Municipal de Izquierda-Ezkerra en Tudela