Opinión

Feliz crueldad y próspero año nuevo

Dijo Oscar Wilde que “algunas personas causan felicidad allá dónde van; otras, cuándo se van”. Las Bardenas, hermoso lugar testigo de los tiempos, que dio cobijo a gentes humildes y bandoleros, como recursos para las vecinas del comunal, voló a la desdicha cuando en 1951 fue expropiada para el plan bélico del franquismo, OTAN hoy, contaminando cielos y tierras para ejercitar la guerra y la muerte.

Fue así merced a la sed de dinero de la Comunidad de Bardenas, que se apuntó a un bombardeo firmando el arrendamiento con el Ministerio de Defensa, que limita el uso y disfrute de nuestra tierra al menester militar. Catorce millones de euros anuales con dinero público y sus dos caras de la moneda, una para el derroche de sus caciques, otra para el lavado de cara.

Qué próspero año Comunidad de Bardenas, que brindáis con la sangre de Cristo del Monasterio Castrense de la Oliva, mientras se desangran los servicios sociales, la sanidad pública, techo y pensiones dignas. Mientras, hay personas que sufren las guerras que os traen tanta prosperidad.

Bardenas Libres