Opinión

El silencio de los corderos

La semana pasada, pudimos ver en el periódico la petición del fiscal de tres años de cárcel para los diferentes acusados en el casos de envenenamiento de aves  en el vertedero (culebrete) de Tudela. Creo, se ha traspasado los límites de lo racional y de lo que es peor, y más poso deja en un espacio tiempo corto de comprensión, lo “justo”.

Este caso como otros muchos, ponen de manifiesto que las líneas judiciales actuales no funcionan y no por saturamiento de juzgados o papeles, si no por la calidad humana y sentido común de los veredictos. No hay equilibrio, ni penal, ni de recursos entre delitos y/o acciones delictivas leves, con las graves produciéndose desagravios sociales de importancia. Lo vemos todos los días, una señora roba un yogurt y le piden cárcel, un testaferro roba millones y no pasa nada o prescribe en el tiempo. Al final los recursos y habilidades del sistema judicial son siempre utilizados por aquellos que o bien conocen el sistema judicial, o por aquellos que se lo pueden permitir generalmente consiguiendo reducción en pena o librándola por diferentes motivos. Este caso, el de los envenenamientos, es un claro reflejo de lo que hemos comentado. El pasivismo del momento, el no saber actuar cortando la corriente social en contra, por parte  de estas buenas y nobles personas, da con una petición de cárcel que ni debemos, ni podemos tolerar.

El vertedero es la especie aloctona en este caso porque hasta que no se implanto en terreno comunal no había ninguna de la especies afectadas. Hace un año, hubo un lixiviado de aguas que mato un rebaño entero de ovejas en la balsa del  purgues,publicado 20/04/2013 pero no se sabe el resultado de las analíticas de las muestras recogidas por la guardia civil y entregadas a laboratorios del CHE. De la misma manera, hay una normativa nacional en estos centros para controlar plagas y los propios residuos ¿se cumplen? ¿con qué frecuencia y tipos? Se ha dejado al descubierto que es más fácil ir contra las personas de bien, que contra un negocio rentable, por encima de los negocios y la economía siempre debe de estar la persona y no al revés.

Desde hace años en Navarra la caza es proscrita por el departamento de medio ambiente con unas directrices ancladas y obsesionadas en restringir y prohibir no aprovechar y regular con sentido biológico que es lo que necesitamos. Los cazadores de Navarra debemos salir y manifestarnos, esto debe de cambiar porque si no, no solo la caza peligra en Navarra las personas también, a la vista está.

Ángel Moracho Jiménez