Desde el mismo instante que es fecundado el óvulo en la mujer, Dios pone su espíritu en ese nuevo ser, y a partir de ese momento empieza a desarrollarse en el seno de la madre, y nadie, absolutamente nadie, puede decir que esto no es así, aunque existen personas que con mucha demagogia, pretendan crear confusión ante la opinión pública, pero siempre la verdad prevalecerá ante el engaño y la mentira, como está ocurriendo actualmente.
Nadie debe quitar la vida a otra persona, porque sólo Dios es quien nos da la vida y nos la puede quitar, por eso el tema del aborto, que tanto da que hablar a políticos y gobiernos durante años, que piensen por un momento que es ir en contra de la voluntad de Dios.
Por último, decir a todas las mujeres que deciden abortar, que van a cargar sobre sus conciencias un remordimiento de haber matado a un ser inocente, y que mientras vivan y hasta la muerte, llevarán consigo la amargura de lo que han hecho con sus hijos.
Pero lo que no saben ninguna de ellas, es que sus hijos están todos ellos en el cielo con Dios, porque todos ellos fueron bautizados el mismo día que fueron asesinados en el seno de sus madres y desde allí, pedirán a Dios perdón por todas sus madres porque no sabían lo que hacían, estas mismas palabras son las que Jesucristo dijo en la cruz. Espero que estas palabras hagan reflexionar a todas las madres del mundo, que entregan a sus hijos a la muerte mediante el aborto.
Javier Blanco Toquero
