Opinión

El entierro de la sardina

La nueva ley de símbolos alegrará a los consistorios que se sienten más vascos que navarros y colocarán su ikurriña; pero también a todos los pueblos limítrofes con otras comunidades autónomas, ya que la cercanía hace el cariño y pondrán sus banderas. La navarra singular, que algunos quieren que sea plural, se convertirá en la navarra folklórica, con múltiples banderas ajenas en las balconadas de los ayuntamientos y edificios públicos que serán sin duda un espectáculo multicolor que anulará la seña de identidad de esta tierra. Pero, según el cuatripartito, reflejará los sentimientos del pueblo navarro y habrán conseguido que desaparezca un símbolo de identidad del orgullo navarro (su bandera) para, en su lugar, colocar el símbolo de otros orgullos. Todo muy apropiado en carnaval y que terminará con el entierro de la sardina, que este año resulta muy oportuno con el TAV.

"UPN ha sido traicionado por su socio de Madrid, sin tiempo de reacción, y el PP ha asistido en este sepelio a su propia defunción"

Lo del tren de alta velocidad es de traca con pólvora mojada. Por circunstancias del poder, se han unido amigos y enemigos para perjudicar a Navarra. Quienes nos gobiernan no quieren el TAV porque implica desarrollo y futuro y enturbia su objetivo de generar miseria para que resulte apetecible la anexión al País Vasco. Es incomprensible que Rajoy y su flamante ministro De La Serna, por una simple cuestión económica, hayan cedido a las pretensiones de los nacionalistas.

Entre todos han firmado su defunción. Como si del entierro de la sardina se tratase, la presidenta Barkos encabezaba la comitiva con rostro sonriente, acompañada por los representantes de cada uno de los partidos de su gobierno, les seguían las plañideras, cuyas veces hacían UPN y PP, ambos noqueados por la situación. UPN traicionado por su socio de Madrid sin tiempo de reacción y el PP porque asistía en este sepelio a su propia defunción en Navarra. Los navarros no perdonan a los traidores. El PSN ahí está, como la puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo. A I-E y Podemos, monaguillos de los nacionalistas, el tiempo pondrá en su sitio, aunque habrá que esperar a que la gente palpe la ruina a la que conducen Navarra con sus políticas trasnochadas y cortoplacistas. Sin el TAV nos han vuelto al siglo XIX.

Sócrates