Opinión

La dejadez de la administración no conoce límites

Piense usted que es una graduada de Enfermería. Que ha trabajado equis años en el SNS-O dando tumbos entre servicios y ámbitos. Que decide presentarse, con su casuística familiar particular, a una oposición para lograr reducir la precariedad laboral que supone estar de temporal en la administración pública de Navarra. Piense que dedica años a estudiar, a la par que trabajar, crear, cuidar, o lo que sea. Destáquese, además, de que hay 424 plazas para casi 5.000 aspirantes, y que, afortunadamente resultas ser una de las 424 primeras, y optas a una plaza.  

Es importante para que no le falte argumentario a la crítica que, entre la convocatoria de la oposición (septiembre de 2021) y la publicación del resultado definitivo (enero del 2023), han pasado 16 meses. Tiempo de sobra para que la administración trabaje eficazmente con el fin de que cada fase de la oposición esté bien documentada, ofrecida y facilitada para los aspirantes y, además, es tiempo de sobra que no superpongan oposiciones de las mismas categorías. Caso que no ha ocurrido en Navarra dado que, los aspirantes a optar a una plaza en la oposición de Enfermería en curso, hemos tenido que apuntarnos a las oposiciones de la estabilización, con el pago de sus convenientes tasas, porque la dejadez y la desidia de la administración ha sido incapaz de resolver la anterior a tiempo. 16 meses para hacer un examen, evaluarlo, corregirlo, valorar los méritos y sacar listados. En ese tiempo cada aspirante hemos tenido que pagar 83.20€ de tasas por apuntarnos a dos nuevas convocatorias, por si los cálculos no salían bien, además del estrés que supone no saber, por ineficiencia ajena, si tu futuro laboral está resuelto o no para el resto de la vida. 

A todo ello, hay que sumar el absoluto despropósito que está siendo en sí mismo el proceso de la oposición de Enfermería que nos ocupa, donde los tiempos entre fases se han demorado sin justificación, sacando los listados con errores, incompletos, con tiempos de reclamaciones o elección de plazas absolutamente ridículos. Poniendo la responsabilidad de la búsqueda de información tan relevante como el tipo de turno en las propias aspirantes que hemos tenido que colapsar con llamadas los servicios de los centros, como si fuera poco lo que ya tienen. Imagínese usted que está la número 362 y debe llamar a los servicios de las 420 plazas para saber si esa plaza es de mañanas, tardes, rotado, 12 horas, fines de semana… un dato lo suficientemente importante en la elección debiera ser lo primerísimo que apareciera en el dichoso listado ¿no cree?  Y, además, a los días de publicar este listado incompleto, imagínese que se entera por casualidad de que hay errores en las plazas, que han cambiado la información sin aviso alguno y que, a lo mejor, debe volver a llamar a equis tantos servicios para asegurar si sus elecciones han cambiado o no. Créame que la desesperación, impotencia y rabia se adueñan de una en tal caso… y solo te repites cómo es posible, ¡qué absoluta falta de profesionalidad, y qué desprecio tan evidente hacia la profesión enfermera! 

¿Cómo es posible tantísima dejadez? ¿Cómo, habiendo tantísimas cabezas pensantes en la función pública, pueden sacarse los procesos selectivos así? ¿Y, todos tan tranquilos? O ¿es que la palabra “Enfermería” da urticaria y no se le quiere dedicar ni el mínimo de tiempo? 

Están acostumbrados/as a que las enfermeras y enfermeros tengamos unas tragaderas mayúsculas, pero, hasta aquí hemos llegado, no sólo por la situación asistencia actual, sino también porque estamos verdaderamente hartas de este ninguneo a nuestra profesión, a nuestra persona y al futuro que queremos amarrar en Navarra, a pesar de que la administración nos está dando un puntapié en el culo con una sonrisa en la boca. Si esto funcionara bien, más de una cabeza habría rodado ya, pero ya sabemos, aquí paz y después gloria. 

Edurne Cortijo y Maika Bustos
Enfermeras de AP y HUN, Servicio Navarro de Salud