Opinión

De Primera

¡Somos de primera! Y una marea roja inunda plazas y calles. Alaridos, risas y llantos, Oé Oé Oé Osasuna Oé Oé…todos a una ¡Osasuna! Y las televisiones mostrando la euforia, los cánticos, se adelantan los Sanfermines, la fiesta roja, la gente en riada toma la calle, se enaltece el alirón y somos de primera. Nosotros. Todos. No hay diferencias ni colores. Navarra entera grita y llora al unísono enrojecida.

Los pañuelos al cuello, las caras pintadas reflejando ese aspecto tribal que emerge en el futbol. Somos de primera, como los espárragos, los cogollos, las verduras. Nosotros y lo nuestro. Y en esa rojez subida de tono, se diluye la campaña política en la que el rojo es un color con una connotación de la que se borrarían muchas de las gotas rojizas de ese tsunami que bebe, grita y se hermana con el de al lado sin ningún tipo de prejuicio en esa homogeneización que trae nuestro equipo, el de todos, el que gana, el que sube, también nosotros somos los ganadores. Cuantas veces he sonreído al oír a los aficionados de cualquier equipo ese hemos ganado inclusivo y ese han perdido excluyente.

Pero hoy hemos ganado. Y los nacionalistas dicen que hay cinco equipos vascos en primera. Los de Podemos dicen que unidos podemos, como la afición que apoya y gana con su equipo. Los actuales gobernantes, triunfantes, dicen que ahora que el equipo es de primera ganara más dinero y pagaran la deuda de hacienda. Los de derechas por lo “bajini” y en sus sedes, dicen que con tanto griterío no se les oye y que no pueden aprovechar esta victoria porque ya no están en el balcón del ayuntamiento. Los ciudadanos, no Cs, los ciudadanos están felices, eufóricos ¡por fin algo bueno¡ Se adelantaron los Sanfermines, la ciudad vibro igual o más porque eran los de casa, sin australianos tirándose de la fuente de la Navarreria. Corrió la riada roja por las calles como nunca, porque somos de primera.

Reconozco que me emocionó ver las lágrimas en los rostros pintados. El capote de San Fermín que esta vez ganó al Girona. Me emocionó ver saltar y abrazarse a mis vecinos del quinto, que se odian, pero compartieron bar y en la locura del gol se abrazaron sin reconocerse, y para cuando se dieron cuenta, los dos eran de primera y ahí no cabe error ni rencor.

Hace tiempo, no mucho, yo misma hubiera cuestionado ese derroche de energía para el futbol y tanta apatía para lo demás. Pero hoy me ha ganado la tribu. Puesta a adherirme a algo me meto en la fiesta del alirón-sois los mejores hemos ganado por vosotros vosotros sois el alma del equipo (aunque los Indar Gorri estén vetados en el campo) sois vosotros los ganadores-. ¡Que buenos partidos! que mal y que bien lo hemos pasado.

Y es que, en medio de esta tibia, aburrida y grisácea campaña electoral prefiero estar con los del futbol en primera que con esos otros partidos, los políticos, en segunda b… (Perdón vuelta es con v).

M.F.