Opinión

Breve historia de una Diócesis fallida (I)

La Diócesis de Tudela bien podría considerarse una diócesis fallida, si tenemos en cuenta su devenir histórico. En un breve repaso por sus más de doscientos años de historia, encontramos que los problemas de la Diócesis vienen fundamentalmente derivados de su reducido tamaño. Conscientes de ello, tanto tudelanos como ribereños en general, intentaron dar una mayor extensión a su territorio.

Francisco de Arguedas, noble tudelano del siglo XVIII, que ocupó cargos en la Corte Real, solicita en la temprana fecha de 20 de noviembre de 1784 al Rey y la real Cámara la agregación a la Diócesis “de los pueblos de su Merindad que pertenecen a la de Pamplona”.

José García de Burunda, también con cargo en la Corte, pedirá el 4 de diciembre de 1784 “que se extienda esa Diocésis a los lugares de su Merindad, especialmente a los que están en la de Pamplona”. En el fondo de Protocolos de la Merindad de Tudela encontramos documentos de que, tanto la villa de Cabanillas como la de Fustiñana solicitaron el 13 y 14 de diciembre de 1802, respectivamente, ser disgregadas de la Diócesis de Tarazona y ser agregadas al obispado de Tudela. El Presidente y Cabildo de la Catedral de Tudela, el 30 de enero de 1817, solicitan la sentencia definitiva a la Real Cámara “sobre la agregación a esta Diócesis de los diez pueblos navarros incorporados y filiados en Tarazona”, para lo que piden la intercesión de la Diputación del Reyno, en cumplimiento del encargo de las Cortes celebradas en Olite.

En la cuidada “Memoria en que se exponen los especialísimos motivos que demandan la continuación del Obispado de Tudela, y agregación que debe hacérsele, el Gobernador Eclesiástico del obispado, Cabildo y Ayuntamiento” se dirigen a la reina Isabel II en 1857, afirmando “que procede la conservación de este obispado y la agregación de los pueblos de su merindad”. A pesar de todos estos intentos, a los que se sumaron instituciones y personalidades eclesiásticas y civiles, los intentos de agregación fracasaron, llegando al siglo XIX en el que, tras el concordato de 1851, se suprime la Diócesis y la Catedral de Tudela queda reducida a la

Iñigo Pérez Ochoa y Jesús Roce Martínez

Asociación de Amigos de la Catedral