Opinión

El 8 de marzo nosotras también paramos

El año pasado mujeres de más de 70 países llamaron a la huelga para denunciar que se siguen generando múltiples formas de violencia y desigualdad para nosotras.

Este año, teniendo en cuenta que nada ha mejorado, sino que por el contrario se han acrecentado dichas desigualdades y nuestros derechos son vulnerados cada vez con más impunidad, se ha vuelto ha llamar a la huelga, convocada por más de 150 países. Es por ello que nosotras paramos.

Paramos porque estamos cansadas de que exista una diferencia en el salario entre hombres y mujeres por realizar el mismo trabajo, la llamada brecha salarial. Como hemos podido leer recientemente en un artículo publicado en prensa, Navarra es la tercera comunidad autónoma con mayor brecha salarial y que para que nuestro salario se equiparase al de los hombres, éste tendría que crecer un 28,40%. ¿Acaso no es una injusticia? ¿Por qué tenemos que cobrar menos que los hombres por hacer el mismo trabajo? Todo esto por el simple hecho de ser mujer.

Paramos porque estamos cansadas de tener toda la carga de la casa, del cuidado de nuestros/as hijos e hijas, de personas dependientes de nuestra familia, también por el simple hecho de ser mujeres. Una carga que hemos adquirido fruto de unos roles y estereotipos que nos atribuyen diferentes funciones sociales a hombres y mujeres. Un trabajo sin salario, por supuesto, un trabajo invisibilizado, no reconocido y sin ningún valor social.

Paramos porque estamos cansadas de que nos sigan violando, pegando, matando (en el estado español 71 sólo en 2017, 8 en lo que va de 2018)...también por el simple hecho de ser mujer, por ser consideradas por algunos hombres, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decidir.

Paramos porque estamos hartas de este contexto sociopolítico en el que la mujer es considerada inferior al hombre simplemente por su condición de género, en lugar de por sus capacidades, vulnerando totalmente nuestros derechos de igualdad.

Y todo esto ocurre ante la mirada de la clase política, empresarial y personas que no consideran que éste sea un gran problema de nuestra sociedad y lejos de atajarlo, pre eren no hablar sobre ello. Es un tema con el que llevamos demasiados años, ya que lo han sufrido nuestras abuelas, madres y nosotras mismas.

Estas son cuatro de las miles de razones que podríamos enumerar para parar el 8 de marzo. Todas, sea cual sea nuestro origen, raza, idioma, ideología....iguales o diferentes, no importa, todas paramos porque estamos cansadas de ser invisibles y porque vamos a demostrar que ¡¡¡si nosotras paramos, se para el mundo!!! 

Plataforma 8M Ribera