Opinión

Podemos... y debemos. ¡Adelante!

Esta mañana de primavera tengo ánimos para intentar dar con la palabra precisa que defina el sentir de los políticos en escena, ante la aparición sorprendente del fenómeno “Podemos “ en la arena pública. Se trata de una mezcla de miedo y envidia. Miedo, ante la voz que se eleva, propone y define sin temor lo más esencial y profundo de la dinámica democrática. Envidia, pues en cuatro meses apenas, esta formación política ha cosechado éxitos que para sí los quisieran más de un partido oficialmente consolidado.

Que sepas, Pablo Iglesias, que, desde mi mediana experiencia y edad, es la primera vez que compruebo la eficacia de la voz de los que, hasta ahora, clamaban en el desierto con frases sencillas, rotundas y lógicas. Como las que tu pronuncias con habilidad inusitada. Y que acabaron cansados, roncos y hastiados. La vida es demasiado limitada y corta. Somos legión quienes pensamos como tú, sin que la crisis nos condicione, porque  los elegidos forman parte de nosotros, son nuestros.

Pablo Iglesias, no desfallezcas. Procura, pese a todo, no desesperar. Y, entre el hueco que te proporcione cada argumento de pregunta ó respuesta, sosiega tu agilidad mental con el fin de escuchar a todos, compartiendo  la experiencia de los que te superan en edad y el vigor poderoso de una juventud que se merece un mañana más  prometedor.

Al final, no he dado con la palabra. Así que, Pablo Iglesias, quédate, si lo tienes a bien , con las escritas. Moviliza, acude, explica. Es el tren que muchos no cogieron y que no debes dejar huir. ¡Adelante!

Enrique Rodés