Opinión

Ante la elaboración de presupuestos de salud del Gobierno de Navarra

Ante el proyecto de Presupuestos del Gobiernos de Navarra deseamos difundir algunos criterios básicos que esperamos puedan ser tenidos en consideración.

Como hemos manifestado en diversas ocasiones, no consideramos que lo prioritario sea defender un crecimiento significativo del gasto sanitario total si no va acompañado tanto de políticas coherentes orientadas a un uso más eficiente de los recursos actualmente asignados y una mejor definición de las prioridades, como de una mayor inversión en gasto social de otros Departamentos y una gestión comprometida y eficiente del Presupuesto.

En cualquier caso, el gasto público actual se puede considerar bajo, algo superior al 5% del PIB de Navarra, por debajo del 6,5% del Estado, si bien nuestro gasto sanitario per cápita es de los más altos de las CCAA, debido a nuestro mayor PIB. De cualquier manera hay un margen de mejora si se quiere apostar por políticas públicas ya que las cifras están muy alejadas de países de nuestro entorno con niveles de desarrollo económico y sistemas sanitarios similares (Francia y Dinamarca: 8,7%; Reino Unido: 7,9%; Suecia: 9,2%; Canadá: 7,2%).

Una de las áreas de mejora sería la de contener y revertir el gasto farmacéutico. Esta partida sigue incrementándose - este año en un 2,6%- suponiendo el 24% del gasto total. El control del gasto farmacéutico se debería basar, entre otras medidas, en un exhaustivo control de tratamientos que no han demostrado una evidencia en la mejora de la salud tanto en calidad de vida como de supervivencia. Cabe mencionar que sólo el gasto público en medicamentos supone el 1,2% del PIB en Navarra, mientras que países como Suecia presentan un gasto total (público y privado) del 1,1% de su PIB; el Reino Unido el 1,2% o Dinamarca el 0,7%.

Otra acción prioritaria es el control del gasto hospitalario, que supone casi el 56% del gasto total, habiéndose incrementado en un 3,2%, exactamente el doble del incremento de Atención Primaria (AP) que ha sido de un 1,6%. En términos absolutos esta diferencia es más llamativa. Es fundamental el tomar medidas orientadas a disminuir los ingresos hospitalarios, a incrementar las intervenciones y procedimientos ambulatorios, y a aumentar los recursos destinados a la hospitalización domiciliaria.

Respecto a la política de Conciertos hay que volver a insistir en la necesidad de análisis y evaluaciones rigurosas de las alternativas para prestar la Asistencia sanitaria con medios propios.

Dentro de las políticas redistributivas se debe priorizar el compromiso de gasto en AP, haciendo realidad el discurso público de nuestros responsables sanitarios sobre la importancia de la AP para garantizar la sostenibilidad del Sistema Sanitario Público. La Promoción de la salud y la Salud Comunitaria cobran en este campo una importancia relevante. Sin embargo, el presupuesto destinado a Centros de Salud ha disminuido en un 3,5%, siendo el Área de Salud de Estella la más castigada con una disminución de 5,8%. El total de gasto en AP se ha incrementado solamente en un 1,6%, suponiendo todo el gasto en AP un 14,4% del total.

Es particularmente criticable el escaso aumento de la partida presupuestaria para Salud Mental, en solo un 3,4%, habida cuenta de la preocupante situación en este campo.

En relación a los gastos de personal, queremos señalar que es alarmante que el Presupuesto destinado a personal “no fijo” represente nada menos que el 47% del total de gasto en personal previsto. El posible incremento presupuestario debería reorientarse a estabilizar e incrementar plantillas prioritariamente en AP y a redimensionar los recursos hospitalarios. 

También resulta preocupante la importante disminución que se produce en las partidas destinadas a inversiones. Si bien no se debería caer en un desarrollismo tecnológico, sí creemos que debería desarrollarse un Plan de inversiones sostenible, que vaya renovando infraestructuras que se van quedando obsoletas y presentan dificultades para atender e implantar los servicios existentes. 

Isabel Sobejano y Ana Arillo
Asociación para la Defensa de la Salud Pública de Navarra