Opinión

Por una Europa más unida y más fuerte

El Día de Europa se celebró el sábado pasado.

El 9 de mayo celebramos el Día de Europa porque es la fecha en la que el ministro francés de Asuntos Exteriores, Robert Schuman, pronunció en París, allá por 1950, su famoso discurso para exponer una nueva forma de cooperación política, que evitara otra guerra en Europa. Habían pasado 5 años desde la II Guerra Mundial y el recuerdo del horror vivido seguía muy presente. 

Hoy en día, muchos de los que vivieron ese horror y escucharon ese discurso ya no están por culpa de un virus que amenaza no sólo a Europa sino a todo el mundo, sin excepción. El maldito coronavirus que, como tantas otras cosas hemos importado de China, pero este sin querer. Europa ya no tiene muchas razones para temer el resurgir de las guerras, al menos en nuestro territorio, pero tiene muchos motivos para seguir unida frente a otras amenazas como esta y otras que vendrán, seguramente también, en tamaño microscópico. 

Unidos, qué duda cabe, seremos más fuertes. Para ello, Europa no debe fallar, pero nosotros tampoco. Mucho se ha hablado de la escasa solidaridad de Europa con España, Italia…al principio de la pandemia, y es verdad que muchos de los discursos que desde allí venían se debían haber evitado, pero tenemos que tener claro que para salir de esta crisis y para seguir siendo un país fuerte y competitivo, tenemos que jugar con las mismas reglas de toda Europa y no ir por libre. Deberemos de pensar bien a dónde se destina cada euro en nuestra economía. Qué nos puede hacer más fuertes, cómo invertir en sanidad, investigación, desarrollo…y cuántos de esos euros se destinan a gastos innecesarios que en épocas difíciles, como la actual, no nos sacan de ningún apuro y en cambio hacen que nuestra deuda crezca y crezca sin aportar riqueza o desarrollo.  

Sólo así, con fuerza, unidad y cabeza, podremos seguir perteneciendo a una Europa que permita ampliar nuestras fronteras y tejer una red comercial en un mercado compuesto por más 741 millones de personas, desde el corazón de una Navarra que tiene mucho y bueno que ofrecer. 

Hace 20 años Sandúa vio las posibilidades que Europa le ofrecía y decidió aprovecharlas. Comenzando por ferias internacionales de alimentación, como SIAL (París) y Alimentaria (Barcelona) donde se fraguaron contactos que dieron resultados. Nuestros aceites viajaban a Francia e Irlanda, por primera vez. El Departamento de Exportación de Aceites Sandúa cogió carrerilla y se amplió la visita a ferias, con la ayuda del ICEX y de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), como organismos destacados en nuestra apertura a Europa. De modo que, en pocos años, Sandúa ampliaba su presencia y llegaba a Portugal, Reino Unido, Suecia, Bélgica, Holanda...

La libre circulación de mercancías y la homogeneidad en la legislación y etiquetado supone un ahorro de burocracia en la UE muy de agradecer. Aún queda camino por recorrer, pero vemos pasos hacia delante, como la eliminación de ciertas tasas en Francia, que dificultaban la circulación de nuestros aceites por el país vecino. Al fin y al cabo, somos una unión de países, sigamos así Unidos.