Cuando me propusieron escribir estas líneas, pensé en dedicarlas a la pandemia, a lo que nos ha cambiado la vida por este virus, a la tristeza de perdernos de nuevo las fiestas, al poco contacto que tenemos con amigos y familiares por culpa del bicho, etc. pero tras ver algunos informativos estoy viendo que esta época difícil, está haciendo que aún seamos más intolerantes con los pensamientos e ideas de los que no opinan como nosotros.
Aunque sea un tema polémico, me voy a referir sobre todo al mundo del toro. En esta pandemia el sector del toro ha tenido que estar desaparecido, oculto; al igual que lo que ahora se llama ocio nocturno, los músicos, los feriantes, los circos… colectivos que al ser de masas han tenido que estar agazapados en sus cuarteles de invierno.
En los informativos todos estos grupos han tenido su momento reivindicativo, su minuto de telediario para exponer su parecer y su padecimiento durante tantos meses… salvo el mundo del toro. Un mundo al que la pandemia ha vapuleado de manera particular y que apenas ha tenido repercusión en los medios salvo para que los políticos de turno, revindiquen su postura. El mundo del toro se ha politizado últimamente de una manera brutal y ya se sabe que los temas que toca la política acaban distorsionados.
Siempre he mantenido que los toros, al igual que el circo, los encierros o cualquier otro evento de masas durará mientras haya público que pague la entrada para verlo o participe de él. Mientras la sociedad quiera que exista el toro sobrevivirá. Comprendo que haya personas a las que las corridas les desagraden y desde luego que defenderé el derecho que tienen de expresar sus ideas tras una pancarta o en cualquier medio de comunicación… eso sí, siempre que se haga de manera correcta, sin insultos, menosprecios o agresiones. El llamar asesino a un torero, el alegrarse de una cogida, el menospreciar a los asistentes a un evento taurino, amparándose en el derecho de expresión, no es de recibo.
No voy desde aquí a defender el mundo del toro, no voy a hablar de si tiene que existir o no y si cabe en la sociedad actual o no, daría para mucho pero hoy no es el debate. La sociedad, el tiempo, la economía lo dirá pero sí que deseo que no se utilice el mundo del toro, se menosprecie o se humille. A gran cantidad de la población le gusta y apasiona, muchas familias viven del toro, contribuye a la riqueza del país, etc. y por eso tiene que ser respetado.
Todas las ideas, todas las opiniones tienen derecho a ser escuchadas pero últimamente, quizás por las nuevas tecnologías, hoy en días cualquier opinión, cualquier idea, se plasma, no con argumentos o razonamientos, sino con insultos y menosprecios a la otra parte. Parece que es más actual el ofender al que no piensa como tú que intentar que tus ideas calen en el otro. Defiende las ideas, las que sean, manifiéstate por ellas, lucha por tus ideales y tus propuestas pero sin ofender o menospreciar a la otra parte.
