Opinión

El Proyecto de protección de las aves esteparias amenazadas

La recesión de las aves esteparias en Navarra se debe a múltiples causas que afectan especialmente a las características de su hábitat. También a las dificultades para alimentarse, lo que provoca a su vez disminución de su reproducción e incremento de mortalidad no natural.

Los enclaves naturales entre cultivos desaparecieron con la concentración parcelaria, asestando un duro golpe a algunas especies por la eliminación de lindes y zonas de vegetación natural. Esos enclaves entre cultivos eran fundamentales para muchas aves, insectos y mamíferos… por su gran valor como zonas de alimentación, reproducción y refugio.

La transformación agrícola de secano en regadío con el monocultivo en intensivo, así como la ganadería, conllevó una pérdida del hábitat apropiado para esas aves con las consecuencias conocidas. Con la roturación de praderas o pastizales y zonas de matorral estepario para uso agrícola o forestal, disminuyó la superficie del hábitat de esas especies.

También el abandono de las rotaciones tradicionales, la reducción y pérdida de calidad de las superficies de barbecho, los excesivos tratamientos con agroquímicos que contaminan suelos y aguas y el incremento de la presión industrial para la construcción de infraestructuras, han contribuido a la reducción de los hábitats tradiciones, influyendo en su alimentación, reproducción y refugio.

El Decreto Foral 563/1995, de 27 de noviembre, incluye en el catálogo de especies amenazadas de nuestra Comunidad, determinadas especies y subespecies de vertebrados de la fauna silvestre. Entre ellas, hay 10 especies de aves esteparias con diferentes grados de amenaza; 3 en Peligro de Extinción (cernícalo primilla, avutarda y ganga ibérica), 3 Sensibles a la Alteración del Hábitat (ganga ortega, alondra ricotí y terrera marismeña), 3 Vulnerables (aguilucho pálido, aguilucho cenizo y sisón común), y 1 de Interés Especial (alcaraván común). El Real Decreto 139/2011 incluye asimismo 2 especies vulnerables (ganga ortega y alondra ricotí).

Por todo ello el Gobierno de Navarra, con el reciente Proyecto de Protección y Gestión de la Fauna Silvestre y sus Hábitats para las aves (ZEPA) denominada Agroestepas de Navarra, lo que hace es aplicar la Directiva 2009/147/CE, creando una nueva zona de protección. Para ello aprobó un Plan que ha sido contestado por diferentes personas y entes sociales. Es de destacar que dicho Plan es de obligatorio cumplimiento dado que proviene de la UE, aunque sea el Gobierno de nuestra Comunidad quien lo gestione. 

Son coincidentes la mayoría de las alegaciones presentadas por personas y entidades al Proyecto, argumentando que “incide directamente de forma negativa en el desarrollo social, en las actividades económicas existentes y futuras y en el desarrollo urbanístico de las zonas afectadas…”. Se pueden consultar las alegaciones presentadas en la web Gobierno Abierto de Navarra.

En este caso, al igual que en otros semejantes, nos encontramos con que ciertos sectores no aceptan el límite al crecimiento y desarrollo económico ininterrumpido que el propio Planeta nos impone, dado que este no puede crecer al ritmo que ese crecimiento requiere. Por otra parte, el no respetar esos límites, nos han traído graves consecuencias que afectan a la salud de la sociedad y del Planeta, en forma de  enfermedades y disminución de la calidad de vida. 

Ese crecimiento económico al que no renuncian algunos que alegaron al Proyecto sobre las aves esteparias, afecta directamente a la destrucción de la biodiversidad en nuestra Comunidad, al Cambio Climático y sus consecuencias apocalípticas, aspectos que no se valoran en las Alegaciones presentadas al Proyecto del Gobierno de Navarra.

Es hora de decir basta a ciertos valores del pasado y a algunas prácticas ganaderas y agrícolas como las intensivas, dado que acarrean beneficios para unos pocos y graves problemas al Planeta y a quienes vivimos en él.

Que tomen nota los alegantes al Proyecto sobre las aves esteparias, ya que esas especies nos son imprescindibles para nuestra vida y para mantener la salud del Planeta. No olvidemos lo que ya está suponiendo la desaparición de las abejas por las mismas causas que han afectado y afectan a las aves esteparias.

Formamos parte de la naturaleza, no somos dueños de la misma, y cualquier desequilibrio que generemos en la biodiversidad, nos afectará negativamente en forma de plagas, desertización etc, como lo estamos sufriendo actualmente.

El decrecimiento ya se ha instalado entre nosotros y ha venido para quedarse. En los últimos años hemos aprendido que a partir de ahora tendremos que vivir con menos, si es que queremos mantener lo indispensable. Esto no significa que vamos a vivir peor, sino que nuestras necesidades vitales pueden ser satisfechas, si renunciamos al crecimiento económico a costa del medio ambiente y a formas de vida insostenibles. Como dice el conocido investigador miembro del (CSIC) Antonio Turiel: “El decrecimiento económico es inevitable, tendremos que decidir si lo hacemos por las buenas o por las malas”.

La protección de los hábitats que hagan posible la existencia de aves esteparias y otras especies, no es un capricho romántico de los ecologistas. Ya la ONU alertó recientemente de las tres prioridades para salvar el Planeta: acabar con el actual consumismo insostenible, recuperar la biodiversidad que estamos perdiendo a pasos agigantados y afrontar de una vez el cambio climático.