Termina un año complicado y todos esperamos que este 2015 sea más fácil. Son muchos los retos a los que vamos a enfrentarnos. A la vista están las elecciones municipales y forales. Se nos presentan con unos políticos desprestigiados por los casos de corrupción y la lógica y consecuente desconfianza de los ciudadanos, a los que debemos servir.
Hay que reconocer sin ambages que los partidos políticos hemos fallado en los mecanismos de control de algunos de nuestros cargos públicos, que han corrompido la actividad política con el único fin de enriquecerse.
La corrupción no entiende de ideologías. El corrupto no hace al sistema corrupto. El corrupto no defiende ideas, es un delincuente que ha utilizado el poder otorgado por los ciudadanos en su beneficio personal.
Las personas que militamos en los partidos, la inmensa mayoría, nos sentimos abrumados y asqueados por unos corruptos sin escrúpulos que nos ensombrecen con sospechas y dudas.
El PP ha aprobado nuevas leyes en el Congreso para atajar este tipo de comportamientos indignos. Si no los erradicamos, pueden acabar con el sistema de libertad que hemos construido.
Pero somos los cargos públicos los que con nuestro hacer debemos mostrar coherencia y honradez. Esto va mas allá de las leyes, es algo íntimo que sale y debe salir de nosotros mismos, y que los ciudadanos deben de percibir. Esa confianza, es un don precioso que quien la otorga, el ciudadano, debe hacerlo consciente de lo que entrega. Es mucho lo que hay en juego. Quienes la recibimos debemos asumirla con responsabilidad y sentido del deber porque es mucho lo que hay en juego.
La felicidad no la da la ausencia de problemas, sino la capacidad para resolverlos.
José Suárez Benito
Concejal PPN en Tudela
