Opinión

A plumillas

Cuando empiezo a escribir este artículo faltan apenas tres horas para que estalle el Chupinazo en la Plaza Consistorial. El mundo se acaba. Empiezan los Sanfermines. Hace tres minutos he escrito un post en Facebook solidarizándome con los compañeros de ‘Diario de Noticias’, que se quedan sin trabajo. Para muchos estalla la fiesta, mientras a otros les han hecho la pascua.

Los plumillas de pueblo, también los de Tudela, son nuestros cronistas locales, profesionales cercanos que trabajan a ras de tierra, de esos que hacen poco ruido pero que aportan en cada galerada que escriben o cada crónica que radian.

Cuando el cohete de #SantaAna19 estalle en el cielo, todos deberíamos fijar la mirada, aunque sólo sea un segundo, sobre los fotógrafos, plumillas y las alcachofas de los de la radio. En estos tiempos de sobreabundancia de información, de fake news, de redes, del todo vale, y del todo gratis, debemos homenajear a los que sudan la gota gorda para contarnos lo que sucede en fiestas. 

Merecen ese reconocimiento. Porque sus crónicas sobre #SantaAna19 volverán a hacer historia, nuestra historia. Pero no perdamos de vista que cada vez que echan a un periodista, todos somos un poco menos libres durante todo el año.