Los actuales acontecimientos internacionales referentes a la invasión de Ucrania nos llevan a pensar, quizás precipitadamente, que Putin simplemente es un loco. Pero si miramos su trayectoria comprobaremos que está tropelía es el suma y sigue de alguien frío, ambicioso y calculador.
Durante todo lo que va de siglo ha estado manipulando y preparando el momento de hacerse con el poder absoluto en Rusia, culminando con la ley que saco el 2021 y que le permitiría ser presidente dictador hasta el 2036.
Ha demostrado, en muchas ocasiones impunemente, que el que se le opone corre peligro de muerte. Ahora le toca a Ucrania y mañana…
Antes de la invasión, Putin fue a China a informar a Xi Jinping, quien lo respaldo con un tratado de no injerencia y quién sabe si algo más.
Napoleón, el mayor estratega de la historia, dijo: dejar que China duerma que cuando despierte dominara el mundo.
Está totalmente documentado y demostrado que Putin interfirió en las elecciones americanas a favor de Trump en 2016, eso es de un estratega que tiene alguien muy poderoso que le respalda. Está claro que con; él divide y vencerás bombardeando todos los medios de información de occidente con noticias falsas, ha logrado el enfrentamiento social y al caos.
China ya es la mayor potencia económica del mundo, y la que más puede ganar a río revuelto. El único país que salió reforzado de la pandemia, ¿casualidad?
¿Y ante esto que puede hacer el mundo occidental? Necesitamos una España, una Europa y un occidente más unido que nunca. Y unos partidos políticos que den la talla.
No subestimemos al “loco” que puede ayudar a cambiar de manos el poder del mundo.