Opinión

Nuestro presidente

Pienso que somos muchos los que nacimos en la década de los 60 (evidentemente siglo pasado) y a los que nos tocó la transición con mas o menos años, unos muy niños y otros adolescentes. Por dicha, después de Franco, llegó un sucesor del régimen, que era "muy guapo y trabajaba en Televisión Española".

Lo que se solía comentar de niños era que, tras la muerte de Franco, iba a haber una guerra. Tal cosa no sucedió gracias al carisma, templanza y diálogo del presidente ya fallecido. Supo unirnos a todos los de una forma de pensar moderada y otros de parecer más extremista. Estuvo al tanto para saber desmontar  tanto el 'búnker anti judeomasónico' del poder como a los de a pie de calle,  los 'grises de pegar palos' en la universidad y las huelgas.

Yo, personalmente, me quedo con que unió en el mismo congreso a Blas Piñar, dirigente de Fuerza Nueva, y a Santiago Carrillo, secretario del PCE. Lo que añoro de aquellos años, aparte de la libertad que se empezaba a respirar, incluidas las chicas guapísimas de revistas con buen tipo y ligeritas de ropa, es la pasión por hacer política de entonces. Al servicio del pueblo, altruistamente y sin cobrar un duro.

Ni los alcaldes ni concejales cobraban. Todo lo contrario, perdían horas en su trabajo para ir a los plenos.

¿Vamos a necesitar otro Suarez reformista tenaz?

¿O nos vamos a italianizar pensando que todos los políticos son corruptos y aquí nadie quiere dimitir?

Jesús Azcona