Opinión

La anticitera

El mecanismo de anticitera es una computadora de la antigüedad que sirve, entre otras cosas, para predecir posiciones astronómicas. Su origen se estima entre los años 150 y 100 antes de Cristo. Según el periodista Jo Marchant, “girando la manivela puedes moverte hacia adelante y hacia atrás, para ver el estado del Cosmos hoy, mañana, el martes pasado o dentro de cien años. El dueño de ese instrumento se debe haber sentido el maestro de los cielos”. En un momento en el que la salud mental se ha convertido en un problema social vamos a buscar mecanismos semejantes para comprender, trabajar y mejorar nuestro estado personal, no el del Universo.

Antes de comenzar, se debe hacer un inciso sobre los múltiples libros, vídeos o podcasts que nos recetan “autoayuda” con expresiones del tipo “eres tan feliz como deseas ser”, “si crees en tus sueños, se harán realidad”, “si te caes, levántate y sé positivo” ó “sé amable, cree en la abundancia y ella acudirá…que nada te impida sonreír”. Las cosas no son tan fáciles; este tipo de mensajes nos dan un consuelo pasajero de forma que pasado un tiempo volvemos a sentirnos como antes. 

El afecto de base es un nivel de bienestar personal que se crea a partir de nuestro sistema cerebral, pensamientos y sucesos extremos que afectan a nuestra vida cotidiana de forma que moldea nuestra experiencia con la realidad. Puede oscilar según las circunstancias en la que nos encontremos: baja si tenemos un conflicto con alguien, sube si nos ascienden en el trabajo….pero mantiene una línea constante. Si queremos modificarlo, en primer lugar debemos valorar como nos encontramos en la actualidad. Para ello, responderemos a cinco preguntas. ¿Hacemos lo que nos gustaría hacer? Lo que nos pasa, ¿es lo que nos hubiera gustado que nos pasara? ¿Qué hacías en los momentos de la vida en que te sentías más realizado? ¿A quién admiras más y por qué? Escribe palabras que describan a esa persona. ¿Cómo te gustaría que te recordasen? Este pequeño experimento mental sirve para recordar que siempre son más importantes las preguntas que las respuestas. Ahora que existe tanto debate sobre la inteligencia artificial, ¿nos proporciona ésta las cuestiones adecuadas?

Pasamos a los instrumentos que podemos usar para encontrarnos mejor. Uno. La neurociencia afectiva. Incide en que “somos seres sintientes que piensan”, de manera que nos enseña a trabajar y modular nuestras emociones. Recordemos las principales: miedo, alegría, tristeza, asco, ira y sorpresa. Dos. La activación de nuestras cinco inteligencias: mental, espiritual, emocional, física y social. Siempre tenemos alguna de ellas abandonada. Tres. Creemos un entorno amable. La epigenética nos enseña que el contexto provoca la activación de ciertos genes. Cuatro. El inconsciente se encuentra en la parte más profunda de nuestro cerebro. Explica las razones que nuestra razón no entiende. Toca trabajarlo. Cinco. El sueño. Es mejor usar terapias cognitivo conductuales antes que fármacos. Seis. El humor. Siete. La reflexión en el sentido de pensar atenta y detenidamente sobre algo.

Para activar todos los instrumentos se necesita determinación. Aunque se trabaja con deporte y meditación, de forma sorprendente se ha encontrado el punto del cerebro donde se encuentra. 

Siempre que nos planteamos objetivos aparecen barreras, obstáculos y dificultades. Uno: el autoengaño. Cualquier excusa sirve para no esforzarnos. Dos: las personas tóxicas de nuestro entorno. A veces terminamos pareciéndonos a ellas. Tres: la inercia. Es muy incómodo cambiar hábitos. Cuatro, las adicciones. En especial las tecnológicas. Cinco: falsas referencias vitales. Ojo con los  “modelos sociales”.

Es el momento de pasar a la acción. Aquí vienen algunas sugerencias, aunque este apartado es el más subjetivo. Crear hábitos nuevos. Leer a los clásicos, enriquecer el cerebro. Desarrollar todas las inteligencias según nuestras necesidades. Ser un SISI (sí estudias, sí trabajas). Preparar el descanso de forma constructiva. Controlar los pensamientos intrusivos. Sonreír. Usar la música, el humor, la relajación y la meditación. Fusionarse con la naturaleza. Elegir aforismos personales y practicarlos. Suprimir el uso de palabras con carga negativa tipo “estrés”. Reflexionar. Hacer.

Como combustible se proponen algunos aforismos. “El hombre tiene ilusiones como el pájaro alas. Es lo que le sostiene” (Blaise Pascal). “Lo que hay que hacer es lo que necesita hacerse, lo que ves que se debe hacer, lo que nadie más ve que debe hacerse” (Bucky Fuller). “El crecimiento es producto de la actividad, no comprensión intelectual”. “Lo que la mano hace, la mente recuerda” (María Montessori). Como prevención, basta leer a George Orwell. “El pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje corrompe el pensamiento”, “Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado.”

    En resumidas cuentas: “Si deseas transmitirle a la gente una nueva forma de pensar, no te molestes en enseñarle. Dale una herramienta cuya utilización le haga pensar de otra forma (Bucky Fuller)”.

    ¿Qué tal una anticitera imaginaria?