Opinión

Lenguas que unen, lenguas que dividen

“Mother nature gave us words to use them as a bridge among each other and advance together, but the humans with their ridiculous stupidity and shallow intellect have used those very words to create walls, blinded by their barbarian tribalism masquerading as pompous ideologies.” 

“La madre naturaleza nos dio palabras para usarlas como un puente entre nosotros y avanzar juntos, pero los humanos con su ridícula estupidez e intelecto superficial han usado esas mismas palabras para crear muros, cegados por su tribalismo bárbaro disfrazado de pomposas ideologías.” 

Abhijit Naskar, autor de Saint of the Sapiens, 2018

Así se despacha este joven neurocientífico hindú que "aboga por la salud mental y la armonía universal". 

“Languages connect us and break down barriers when we unite to nurture the best in us and help each other succeed.” 

“Las lenguas nos conectan y rompen barreras cuando nos unimos para nutrir lo mejor en nosotros y ayudarnos mutuamente a tener éxito”. 

Widad Akreyi, autora The Daughter of Kurdland, 2019 

Se expresaba en un tuit esta doctora kurda, defensora de los derechos humanos, víctima de las ofensivas iraquíes contra los kurdos en 1974 y en la llamada operación Al-Anfal de los años 80, considerada uno de los genocidios más graves recientemente vividos. 

La comunicación no la creó el ser humano. Es algo inherente a los seres vivos y existe desde que hay vida sobre este mundo. Los seres vivos se comunican desde hace millones de años. Los seres humanos, además, nos comunicamos para compartir información, experiencias, sentimientos; para persuadir, que diría Aristóteles; para superar el miedo a la soledad, podría decir Schopenhauer. En breve, para crear, formar, una sociedad. Es básico para el Conocimiento, para la Cultura

En un calendario plagado de celebraciones sacras y efemérides profanas, falta un "Día de la Comunicación" propiamente dicho. Quizá el "Día del Libro" sea lo más aproximado, lo apropiado, aun siendo el libro tan sólo un medio de comunicación más. Con la llegada de las TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación), se ha establecido el 17 de mayo como "Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información" -para los apnéicos le decimos más brevemente "Día de Internet"- y también esta el "Día Europeo de las Lenguas", desde el día 6 de diciembre de 2001, fecha en la que España, habla más sobre su Constitución. Pero es que áun hay más: el 21 de febrero, "Día Internacional de la Lengua Materna". No hablemos ya del 3 de diciembre como "Día del euskera", cuando está claro que es el Día de Navarra y de San Francisco Javier. A todas luces, no hablaba ese idioma y quizá ni lo entendía. Incluso su colega, el oñacino San Ignacio, parece ahora evidente que tampoco mucho. Don Gabriel María Verd Conradi en sendos trabajos, documentados y rigurosos, lo deja muy claro. 

Pero el 23 de abril se celebra también el "Día del Idioma Español en las Naciones Unidas", ese que 460 millones de personas lo tienen como lengua materna. Y se comparte con el "Día del Idioma Inglés" que, también como lengua materna, lo hablan 370 millones. Ambos ocupan el segundo y tercer lugar en esa clasificación (tomada de Wikipedia que las toma, a su vez, de Ethnologue) tras el chino mandarín (920 millones). Claro que si añadimos la gente que lo hablan como segunda lengua, el inglés encabeza la lista (con unos 1270 millones), superando ligeramente al mandarín (1120) y seguidos por el hindi (650), el español (550) y el francés (276). En una clasificación simplemente de "segundos idiomas" el español cae a un noveno lugar: inglés, hindi, árabe, francés, mandarín, indonesio, ruso y urdu le anteceden; el alemán, de cerca, cierra este top-10 (¡toma anglicismo de homenaje!). En otras palabras, alguien que hable inglés, francés y español se puede entender directamente con 2100 millones de personas sobre un total de 7700 que habitan sobre este planeta. 

En esta bendita tierra de Navarra nunca ha sido uniforme ni geográfica ni cultural ni socialmente. Ha sabido mantener un trabajado y sufrido equilibrio propio, único, dentro de esa diversidad. Por ello, y por su historia propia. Tampoco, por tanto, nunca ha sido monolingüe. No hay la menor evidencia de ello. Toda afirmación contraria es pura conjetura. Aunque mil veces sea repetida. Al contrario, las evidencias hablan de, al menos, bilingüísmo. En algunos momentos, más que eso (árabe, hebreo, occitano). El mismo Luis Michelena, o "Koldo Mitxelena" si lo prefiere alguno, (La lengua vasca, Durango, 1977) afirma sobre el factor bilingüe que "tuvo que estar siempre difundido en todo el país", donde "país" incluye tanto a Navarra como al País Vasco. 

Esta bendita tierra, enclavada entre los pasos naturales de los Pirineos y las riveras regadas por los ríos Ebro, Arga, Aragón, ha sido encrucijada de rutas comerciales, calzadas romanas, cañadas transhumantes. Una tierra generosa de recursos, pero recursos justos, donde el trasiego de gentes ha sido continuo, constatable, necesario. De mercaderías y de cultura. Incluso está por estudiar si lo llamado "castellano" no hubiera debido llamarse "navarro". Algunos afirman que se habla un castellano más puro por Álava, Rioja o Navarra que por Castilla. Además, fue en la corte pamplonesa de Sancho el Mayor (1004-1034) donde Castilla y Aragón trucaron de condados en reinos. En las mismas fechas que San Millán de la Cogolla florecía bajo su hegemonía de una corte bien asentada en Pamplona y bien en Nájera. 

No ha sido culpa de dictador alguno reciente el retroceso de los vascuences. En una sociedad de mayorazgo, de familias largas, quizá la necesidad de emigrar haya ayudado a conocer una lengua para sobrevivir, una lengua reconquistó España, primero, e hizo grande a Castilla y que se extendió luego por todo un nuevo continente como el americano. 

Y hay que hablar en plural sobre el vascuence, el euskera ya que hasta hace 50 años eran varias formas dialectales, euskalkis le dicen -y aún subsisten incluso hoy día aunque la presión de la uniformización llevará a su extinción. Imponer uno, el batua, y afirmar, o dejar entrever, que se hablaba asi toda la vida. La falta de rigor, o las ganas de enrevesar ahora, llevan a tal pérdida. Una pena que, por ello, no se haya puesto empeño y cuidado en todos ellos. El nacionalismo vasco, que existían antes de que naciera Franco, lleva más de 100 años fabricando uno y no tanto preservando oralmente muchos de esos euskalkis ya perdidos. Teniendo recursos, medios, naturales incluso de esos valles, ¿qué hizo realmente por preservarlos como patrimonio valioso y único? 

Que sólo haya preocupación por "recuperar" uno, es, señores míos, en sí mismo una falacia. Ya que se recupera lo que existió antes. Pero ese uno, el batua NO lo hubo nunca. Salió de una mesa de expertos que fabricó este frankenstein lingüístico, ahora monopolio privado de unos pocos, regado con decenas de miles de millones de euros, con escaso resultado, por cierto. Por algo será que la ETB2 sigue siendo el principal canal y casi todos los mítines y comunicaciones electorales siguen teniendo al castellano como lengua básica y esencial. Luego, no hay recuperación alguna que valga. 

Verán, envueltos en esta filosofía neorromántica, tan hitleriana, "una lengua, una nación" ¿se imaginan un proceso similar propulsado desde el Lacio italiano en aras a "recuperar" el latín como lengua vehicular en todo el mundo mediterráneo al tiempo que volver a crear el estado romano? Porque los mil años de la civilización romana es una potente base y fundamento. Algo más "moderno", se podría aplicar para que todos los países francófonos limítrofes como Francia, Bélgica, Suiza a formar un estado. ¡Menuda majadería! dirían más de uno. Algo descabellado, se antoja aun aplicando la misma lógica. 

Se está transformando, pervirtiendo, incluso, vía laboratorio toda una cultura milenaria en aras a un proyecto político uniformador ("todos con el mismo traje" como en la China maoísta), y convierte una lengua vehicular, que debería unir por naturaleza, en una herramienta que fracciona, divide, que levanta barreras, para buscar el control, el aislamiento, en definitiva, el empobrecimiento de un pueblo. Porque la comunicación para el crecimiento cultural es como el agua, si no corre fresca y lozana, se emponzoña y se corrompe.