Opinión

Homenaje a Jaime Basiano un año después

«Toca decir adiós a Jaime Basiano, cosa que me ha pesado en el alma».

Así encabezaba José María Muruzábal, presidente de la Sociedad Cultural Pregón, la necrológica publicada hace un año en Diario de Navarra (15 de marzo de 2021). Habían pasado tres días desde la noticia de su fallecimiento y su hija, Blanca Basiano, periodista de Navarra TV se lo anunciaba a su amigo e historiador del arte con quien había compartido muchas vivencias. No era algo baladí ya que José María Muruzábal, antes de doctorarse con su trabajo sobre la “Escultura pública en Navarra”, su gran especialidad, se había “doctorado” redactando la obra sobre “Basiano, el pintor de Navarra” para cuya elaboración contó con la complicidad de los dos hijos del murchantino.

Ayer, 22 de marzo, un año despues obligado por esta condenada pandemia, tocaba rendir un cariñoso y merecido homenaje a Jaime en el Salón Principal del Nuevo Casino de Pamplona, en la Plaza del Castillo, con la presencia de Aurora Cruchaga, esposa de Jaime, Blanca, su hija, y sus inquietos nietos. El acto, organizado por la Peña Pregón en colaboración con el Nuevo Casino. Se llenó la sala y no faltaron ni los de Ochagavía, ni los de Murchante, ni del Baztán ni los de Pamplona. Por supuesto que tampoco muchos de sus amigos. De Murchante vino el alcalde, Luis Sancho, bien acompañado por otros concejales y gentes del pueblo. Del consistorio pamplonés hizo los honores Ana Elizalde, teniente de alcalde, que excusó la ausencia de Enrique Maya y que se está haciendo habitual en los homenajes de Pregón a los artistas que se nos van. Le tocó hacer otro tanto cuando Ana Mari Marín, la prolífica pintora del Baztán, se nos marchó también hace dos años.

Cartel anunciando el homenaje
Cartel anunciando el homenaje

Tras una presentación audiovisual a cargo de Muruzábal que no estuvo exenta de momenticos de emoción, se celebró una mesa coloquio moderada por Joaquín Ansorena Casaus, socio del Nuevo Casino, socio de Pregón, que supo oficiar como anfitrión y repartir la palabra a José Ignacio Juanbeltz, amigo de Jaime, y a Blanca, hija del pintor.

Luis Sancho, alcalde de Murchante, durante su intervención
Luis Sancho, alcalde de Murchante, durante su intervención

Tras ellos tomó la palabra el alcalde de Murchante, que agradeció el encuentro y tuvo momentos de recuerdo muy gratos como el “Año Basiano” (1996) celebrado en la localidad donde todos sus vecinos hicieron gran derroche de cariño y participación.

A continuación Ana Elizalde también tomó la palabra y recordó la labor de este gran paisajista navarro que no dejó ningún rincón de su tierra sin plasmar, hiciera el clima que hiciera. Su generosidad ha quedado reflejada en los 65 años que estuvo pintando sin cesar, “del natural” porque sin ello el cuadro carece de alma.

En la parte final del acto Aurora recibió de manos de Juan José Martinena, vicepresidente de Pregón, un ramo de flores con el efusivo aplauso de los presentes que la arroparon en unos momentos difíciles durante los cuales habrían aflorado infinidad de recuerdos de gran fuerza sentimental para ella.

Aurora Cruchaga recibió un ramo de flores
Aurora Cruchaga recibió un ramo de flores

Jaime Basiano Goizueta (Pamplona, 16 de febrero de 1943-12 de marzo de 2021) era hijo de Jesús Basiano. No sólo biológicamente sino también pictóricamente. No recibiría de otra fuente académica formación artística alguna.

«Mi padre me enseñó muchas cosas, gracias a él conocí a bastantes pintores y todavía recuerdo aquellas tertulias en el café Iruña de la Plaza del Castillo, en las que se hablaba de pintura y de otras cosas. El hecho de apellidarme Basiano me obliga a mantener lo heredado, a superarme...» declaraba Jaime Basiano el 3 de marzo de 1984 en una entrevista en Diario de Navarra.

A los 13 años, tras romperse una pierna -uno de los acontecimientos más felices de su vida según llegó a afirmar años despues- abandonó sus estudios y comenzó a pintar junto a su padre. Durante diez años a su lado apredió el arte y aprendió a vivirlo. Su hermano Javier, pocos años después también siguió los mismos pasos.

«Si hubiera que definir el carácter y la pintura de Jaime Basiano, habría que hablar de sencillez y espontaneidad por encima de todo. Conserva la forma de ser de los bohemios de antaño, y una inocencia y pureza propias de otro siglo. Se ilusiona con un día soleado y disfruta de cada momento, porque lo siente único. Lleva pintando medio siglo y, según dice, todavía aprende algo nuevo en cada pincelada. Su mejor tarjeta de presentación es su obra» escribía Blanca Basiano en el Catálogo de la Exposición de 2002 celebrada en Madrid, en la Sala Juan Bravo de la CAN, y en Pamplona, en el Polvorín de la Ciudadela.

Blanca Basiano flanqueada por José María Muruzábal y Juan José Martinena, presidente y vicepresidente de la Peña Pregón
Blanca Basiano flanqueada por José María Muruzábal y Juan José Martinena, presidente y vicepresidente de la Peña Pregón

Para concluir, una última cita del autor del audiovisual:

«Desde 1956 recorrió Navarra, y otros lugares, acompañando siempre a su padre, para pintar al natural, del mismo modo que lo sigue haciendo hoy en día, 60 años después. Desde aquel momento no ha dejado ni un instante en reflejar el paisaje de acuerdo a sus vivencias, su estado de ánimo y las experiencias que rodean cada momento.

Para este pintor, lo esencial en cada una de sus propuestas, pintadas siempre al aire libre, es la sinceridad y el intentar transmitir al espectador la fuerza de lo que él retrata. En ello puede resumirse prácticamente toda su vida.» (José M.ª Muruzábal, Diario de Navarra, 14 de julio de 2016) .

¡Hasta siempre, amigo!