Salió de su queridísima tierra a conquistar el mundo. Pero este sin armas.
Su fe le hizo llegar a Asia y allí se dedicó a cuidar enfermos, visitar presos y negociar con las autoridades para defender la Justicia de los abusos de los colonos. Todo un ejemplo defensor de la independencia de Navarra contra la tiranía de Fernando El Católico.
Hoy los que más le veneran son los resquicios de Fernando El Católico, su lengua materna era el Euskera que lo persiguen los mismos que lo adoran.
Conclusión: Xabi, si levantarías la cabeza y vieses quienes van a rezarte, exclamarías “huyamos del castillo, nuestro caballo nos espera”.
