Opinión

Un Osasuna irreconocible

Una grada irreconocible para un equipo irreconocible. Ninguno de los dos actores los ubico en el binomio que era Osasuna no hace mucho. 

Es cierto que no jugamos a NADA. Que llevamos una temporada que hemos ido a menos (empezando ya de por sí en nivel futbolístico muy bajo, aunque los resultados acompañaban), que se ha perdido identidad de lo que (al menos yo) entendía lo que debe ser Osasuna y que se pusieron altas expectativas. 

Es cierto que se apostó fuerte por un único objetivo: el ascenso, aunque por ello tuvieran que pasar de canteranos, no hay más que ver los minutos jugados de cada jugador. Es cierto que Diego está demostrando no estar a la altura. Sin un plan b, sin apostar por toda su plantilla, sin apostar por la cantera y practicando un fútbol casi imposible de digerir. 

Es cierto que hay jugadores que por su valor económico y por las alabanzas que se dijeron sobre ellos, han demostrado mucho menos de las expectativas: Mateo, Coris, Aridane, Borja Lasso…

Este equipo confeccionado para el ascenso no me transmite nada y eso es lo peor que le puede pasar a un equipo

Posiblemente todo lo anterior sea cierto (o no), pero que la grada de #Osasuna esté siendo irreconocible también creo que es otro hecho cierto… y preocupante. ¿Pitar a nuestros propios jugadores? Ir ganando, que nos estén metiendo un buen repaso y ¿pitar para que se pongan los nuestros más nerviosos aún? Esto no me suena a Osasuna y cada vez es más habitual en El Sadar.

Se puede ser crítico, se puede mostrar tu disconformidad antes o después del partido, pero cuando el balón esté en el césped: a muerte o por lo menos no poner más piedras. 

Cada día parece más que hay una lucha entre los defensores acérrimos de la cantera y los que creen que el camino es lo de menos mientras se consiga el ascenso. Sin embargo, ayer hubo un momento en el que reconocí a Osasuna. Quique (no es canterano), animó a todo el Sadar con una pelota que luchó en banda. Solo con eso, no hizo más: luchar. Pelota dividida, insistir, robar la pelota, perderla y conseguir un saque de banda, solo eso. Y ese, es el Osasuna que conocíamos.

Se podrá estar más o menos de acuerdo con este proyecto. A mí desde luego este equipo confeccionado para el ascenso no me transmite nada y es lo peor que le puede pasar a un equipo. Creo que se ha desprendido de su gran esencia que son la gente de casa para lograr un objetivo que de no conseguirlo será un fracaso de temporada y un año perdido para nuestros chavales. Pero aún así no pienso pitar o ir insultando a nuestros jugadores aunque no me estén gustando nada, para eso ya hay otros equipos.

Iker Sesma López
Periodista