Opinión

Educando en igualdad y mediocridad

En el Día Internacional de la Educación vale la pena analizar el último informe PISA, un estudio a nivel mundial que evalúa el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencias y lectura. España ha experimentado una caída que le ha situado en su peor resultado histórico y, aunque el bajón ha sido menos acusado que el de la Unión Europea, este hecho no supone un gran consuelo para un país que aspira a situarse a la vanguardia de los países desarrollados. 

El informe señala también que, entre 2012 y 2022, la Comunidad Foral ha experimentado un descenso de entre 24 y 31 puntos en las materias evaluadas, mientras que España ha disminuido entre 11 y 14 puntos. Un análisis más detallado revela que el declive en Navarra se produjo después de 2015, específicamente en los informes de 2018 y 2022. Durante este breve período, se registraron descensos de 26, 23 y 26 puntos en matemáticas, ciencias y lectura con respecto a 2015. Aunque es posible maquillar los resultados al afirmar que seguimos superando la media nacional, lo verdaderamente preocupante es que hemos perdido 15 puntos de diferencia (en 2015 superábamos por 24 y en 2022 solo por 9). A esto cabe añadir que se ha reducido la excelencia y ha aumentado la deficiencia de forma alarmante, tal y como expresaba hace unos días el pedagogo Gregorio Luri.

Aunque es difícil extraer las causas de estos malos resultados, al menos deberían llevarnos a centrar la atención en algo que es muy importante en la educación: la formación adecuada de nuestros estudiantes. Desde FamiLiaE, hemos criticado durante mucho tiempo el gran derroche de energías en introducir ideología en las escuelas, que trae también como consecuencia dedicar menos esfuerzos a cuestiones que son fundamentales. Sería beneficioso analizar si el uso de tablets y Chromebooks en las aulas mejora la asimilación de contenidos o examinar la pedagogía más adecuada para que los alumnos asimilen de forma eficaz las materias, entre otros aspectos.

En paralelo, observamos un proceso de unificación tanto en la escuela española como en la navarra. La LOMLOE busca que los centros de educación especial tengan cada vez una menor presencia en la red educativa, cuando estos desempeñan una formidable labor con niños con discapacidad ya que cuentan con medios especializados. También se va poniendo cada vez más trabas a la escuela concertada. Pero el caso más palmario ha sido el reciente acoso y derribo del modelo de la escuela diferenciada en Navarra a través de leyes respaldadas por una mayoría política que no respeta la libertad de elección de los padres, con el apoyo de una campaña mediática que repite incesantemente el término "escuela segregadora", insinuando que educar a niños y niñas por separado es similar al apartheid que tanto daño causó en Suráfrica. Así se han logrado hacer claudicar a una serie de colegios que figuran entre los mejor valorados. A modo de ejemplo, el año pasado, la revista Forbes publicó la lista de los 100 mejores colegios de España, y el único colegio de Navarra que se hallaba en la lista era “segregador”. Algo similar ocurrió en el ranking de "El Mundo", donde dos de los tres únicos colegios navarros que figuraban eran también “segregadores”. ¿De verdad van a mejorar estos colegios sus estadísticas gracias a su conversión en colegios mixtos? El Departamento de Educación ni se lo plantea. Aboga ciegamente por una escuela única mixta, y lo hace con tanto empeño porque, bajo la excusa de la escuela mixta, puede introducir lo que ellos llaman coeducación. No se trata solo de que niños y niñas estudien en la misma clase, algo que se ha hecho durante décadas. La palabra coeducación es uno de esos términos amables que las élites inventan para lograr sus objetivos. En este caso, el fin es incorporar, merced a un envoltorio atractivo, la ideología de género, que está generando tanta confusión, ansiedad y desorientación en las nuevas generaciones, y que entra en colisión con los valores y creencias que quieren transmitir muchos colegios y padres a sus hijos. La estrategia para introducir este caballo de Troya es muy sencilla. A aquellos que se oponen se les pregunta: ¿Estás en contra de la igualdad? Y como hoy en día parece que todo lo que no es igual es malo, así es como terminaremos todos: igual de mediocres. Una comunidad como la de Navarra, con un nivel educativo envidiable, se igualará en matemáticas, lengua y ciencias con el resto de las comunidades y, dicho sea de paso, con el resto de Europa, que va por el mismo camino. Los países líderes los tenemos que encontrar en oriente: Singapur, Taiwán, Japón y Corea del Sur.