Tras una etapa dulce para la económica navarra impulsada por favorables vientos de cola, se avecinan vientos laterales de dirección caótica que podrían hacer tambalear a los buques insignias de la industria navarra con unos efectos colaterales en la economía navarra en forma de entrada en recesión técnica en el 2.020.
En el plano socio-económico y a pesar de aparecer Navarra en los primeros puestos del Estado español en lo relativo a los parámetros indicadores del índice de calidad de vida de una comunidad, el viejo Reyno navarro estaría lastrado por el aumento de la Deuda (rondando los 4.000 millones €) y por el riesgo de quedar una vez más desplazada de las principales vías de transporte europeas tras la entrada en el limbo de la Conexión del TAP con la Y vasca.
Por otra parte, Navarra sería una comunidad netamente exportadora de bienes (40% de su producción total) pero que adolece de una excesiva dependencia del sector del automóvil (las exportaciones de WN representa casi el 50% del total),una preocupante atomización de las empresas agro-alimentarias así como de una necesaria diversificación y búsqueda de mercados alternativos a la Eurozona (el 30% de sus exportaciones van destinadas a Francia, Alemania, Gran Bretaña e Italia) pero Alemania e Italia estarían ya coqueteando con la recesión.
Mención especial merece el caso de Reino Unido, ( tercer destino de las exportaciones navarras con un total de 271 empresas exportadoras y un monto cercano a los 450 millones € en el 2018), por lo que la posibilidad cada vez más real de un Brexit traumático tendría efectos severos en forma de severa reducción de los márgenes de beneficios de dichas empresas y la consecuente reducción del número de sus empleados que podrían elevar la tasa del paro hasta el 11%.