Opinión

El cierzo, su sonido y su invitación a la meditación

Hoy hace frío, mucho frío, demasiado frío. El cierzo indomable, sin domesticar se cuela por las rendijas y los resquicios. Antaño era bueno para curar los chorizos de la matanza. Ahora por secar, hasta las propias ideas. Mal día para pasear. Mi pariente Eduardo opina, me supongo, que todos los días son buenos para andar por la corraliza Mila, la Cañada.

Estamos en febrero, un buen mes pues, entre otras cosas, nací yo. Los roscones espectaculares. En Ribaforada son fiestas. Hay un refrán que no pega ahora pero debe ser verdad, “en febrero busca la sombra el perro”. Hay otro desfasado que dicen “para San Blas la cigüeña veras”. Ahora estas aves no nos abandonan en todo el año. Debe ser por el cambio climático. He leído en el periódico que en un mismo día de esta semana hacía menos 29 grado en Chicago y más 50 en Australia. El tiempo se ha vuelto loco o lo hemos vuelto nosotros. Como no soy meteorólogo no opino.

Por el Caribe, aparte del tiempo veraniego las cosas andan mal. Como le dije a Pedrito, un amigo venezolano, es cuestión de tiempo. El tiempo como veis es siempre relativo. Para unos va lento, para otros corre muy deprisa, tanto que es difícil seguirlo. En España el temporal llena de nieve el paisaje. Eso sí, si no hace frío ahora ¿Cuándo lo va hacer? El problema es que nos deja a todos congelados y no somos capaces ni de mover las neuronas. Las borrascas pasan y siempre amainan, nunca son eternas, el dilema es saber situarse como dicen en Ablitas “a la rayada del sol” para alegrar el alma.

Esta semana me enfade e irrite mucho cuando me pidieron mi firma para eliminar enero y febrero del calendario. Eso es una osadía sin fundamento. El mes de 28 días, y su hermano el de las promesas ¿quitarlos del calendario? No por ahí no paso. El que me pidió colaboración le di mil razones para defender ambos meses. Pero sólo voy a dar una sencilla. Si sois ávidos, mirar la luz de febrero desde casa por la ventana donde no se siente el cierzo y es, sin duda, espectacular, seguramente de las más bonitas del año. Algo bueno tiene que tener.

No nos dejemos llevar por las pasiones primitivas y defendamos estos meses que antaño llamaban, sabiamente, de soldadura pues estaban situados entre cosecha y cosecha. Escuchen el silbido del cierzo y sean felices. Un saludo amigos en este día invernal.