Opinión

Un río tudelano, a la plaza y desde la plaza

Los griegos ya poseían el ágora, y los romanos el foro donde se reunían a diario y realizaban además del comercio, los festejos, pues solían estar en el centro de las ciudades. En la Edad Media fueron sus herederas las plazas, y por ordenanzas, entre otros de Felipe II, fueron el centro en todas las ciudades nuevas, principalmente, del interior de España e Hispanoamérica. Muchas de estas ciudades tuvieron guerras y pestes, que obligaron a suprimir esos festejos, pero cuando las superaron, volvían a esa plaza considerada como el «cuarto de estar» de la ciudad. 

Como sucederá ahora nosotros, ya que tendremos allí las fiestas y por ello iremos como un río de personas alegres, a la plaza: al chupinazo y al «pobre de mí», la Gigantada, la Revoltosa, los música en el quiosco, etc. Pero también, desde la plaza, como otro río humano, saldremos a otros lugares de Tudela, no muy lejanos: el encierro, las vaquillas, las procesiones y misas de la Catedral, las barracas, los feriantes ,los conciertos del Queiles, los almuerzos, las peñas, los fuegos artificiales, etc. 

Y volveremos, de nuevo en ese fluir continúo, de allí hacia la plaza, como antes del Covid. Desde hace dos años no ha habido ese río de visitantes y tudelanos, y aunque no se ha vencido el Covid todavía, por lo que deberemos tomar precauciones, disfrutaremos en estos festejos con mucha más fuerza y alegría. ¡Viva Santa Ana!