Opinión

Un abrazo

Francisco-Javier-Enériz-Olaechea.jpg

Pocas cosas producen tanto estrés como los días previos a los sanfermines para quienes tenemos la inmensa suerte de poder trabajar y hacerlo en Pamplona. Hasta las doce horas del 6 de julio, parece que el mundo se acabe: todo tiene que estar terminado,

o presentado, o registrado, o enviado, o pedido… Es una especie de “tú la llevas” o “ahí va el balón de rugby”. La cuestión es pasar el asunto a otro y luego respirar liberado.

Bendito estrés sanferminero, este año acrecentado por la tensión de los partidos de Osasuna y su retorno a la Primera División, las elecciones generales, la eurocopa o el ‘Brexit’ de la antes pérfida Albión.

Sin embargo, nada de esto es comparable con la angustia y el estrés de quienes siguen sin encontrar un empleo digno (esto no se arregla a la velocidad deseada), pierden su hogar, se quedan sin luz, gas o agua, no llegan a final de mes con su salario o pensión, o, simplemente, permanecen en situación de pobreza, con o sin papeles, sean de aquí o de allí, mayores o menores de edad...

"Mucho afecto a quienes peor lo están pasando aunque aquí sean Fiestas"

A pesar de que a veces Navarra parezca un mundo feliz, vivimos en una sociedad desigual, injusta en parte, cerrada, donde más parece reinar el azar como dios supremo, que un orden social justo que distribuya y ayude a quienes más lo necesitan.

Por eso, quisiera con estas breves líneas rendir homenaje y dar agradecimiento a todas esas personas que, con su trabajo o su vocación solidaria, sirven o ayudan calladamente a que otros puedan vivir más y mejor, y también para enviar un abrazo fraternal y mucho afecto a quienes peor lo están pasando, aunque aquí sean Fiestas.

Francisco  Javier Enériz Olaechea

Defensor del Pueblo