Opinión

No nos olvidemos de algunas cosas

Aunque estas fechas de vacaciones y fiestas son motivo de descanso y alegría, para disfrutar en compañía de familia y amigos, no debemos olvidar el momento en el que vivimos y los varios problemas medioambientales que nos amenazan. Algunos de ellos son estos:

Mala calidad del aire

A lo largo de 2012, el 94% de la población española respiró aire contaminado, de acuerdo a los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). A su vez, de acuerdo a los valores límite establecidos por la Directiva 2008/50/CE, la población que respira aire contaminado por encima de los valores legales es de 17,3 millones de personas, un 37% del total. Es decir, más de uno de cada tres españoles respira aire que infringe los límites legales.

El principal foco de emisión de contaminantes son los vehículos a motor. Es necesaria una apuesta decidida para convertir nuestras ciudades en espacios donde moverse de forma sostenible sea posible. El peatón y la bicicleta deben recuperar el espacio que el coche nos ha robado. Necesitamos aceras más anchas para poder transitar de forma cómoda. Necesitamos en nuestras ciudades una red básica de vías ciclistas que conecten espacios de uso social (centros de estudio o deporte, barrios…). Pero, principalmente, debemos calmar el tráfico a motor para que las bicicletas puedan circular por la calzada sin que sea peligroso. La bici no mata, el coche sí.

Errónea política energética

Los baratos hidrocarburos convencionales, petróleo y gas natural, se están empezando a acabar. Por ello, se buscan en sitios cada vez más difíciles de extraer. A su vez, se intenta extraer hidrocarburos no convencionales, gas pizarra o arenas bituminosas. Ahora, extraer estas fuentes de energía es más peligroso y costoso, frente al bajo retorno energético que tienen.

Ejemplos como las prospecciones en la costa canaria o balear, o como los diferentes proyectos de fracking que tenemos en Navarra, concretamente en la Ribera con el Proyecto Aquiles, nos devuelven a una cruda realidad. Tenemos unas nefastas políticas energéticas que no fomentan usos racionales o un cambio de modelo hacia las energías renovables.

Cuanto más tardemos en darnos cuenta de que la única solución pasa por la utilización de energías limpias, renovables, no contaminantes y libres,

más grandes serán los costes que tendremos que pagar.

Eduardo Navascués

Ecologistas en Acción Tudela